El Mitsubishi Outlander PHEV se remoza y añade tecnología de categorías superiores, además de que su precio lo sitúa como una opción de compra bastante interesante.
Si hablamos de futuro brillante en un segmento determinado del mercado, vemos que el de los SUV o todocamino tienen todavía la pista del desarrollo comercial expedita. Si les sumamos los pick-up, vemos que esta categoría tiene en estos momentos un 30 por ciento de peso en las ventas y, como hemos afirmado, todavía no se tiene muy claro a donde puede llegar, aunque las previsiones son muy, muy optimistas.
Sin embargo, y a pesar de sus especiales virtudes positivas, tiene en el consumo algunos de sus aspectos más negativos, aunque en los últimos tiempos se haya mejorado de forma notable el rendimiento.
Por este motivo, la presencia de vehículos que combinen con la gasolina o el gasóleo energías alternativas como la electricidad, se está convirtiendo en una posibilidad que pocas o ninguna marca dejará pasar. En concreto consideramos que este año 2016 va a ser el del desarrollo exponencial de estas versiones, en casi todas las gamas de vehículos.
Mitsubishi Outlander PHEV: líder remozado
Ya hablamos en la prueba de la versión diésel de las mejoras que se han llevado a cabo en este modelo. En general, hasta 100 modificaciones de menor y mayor peso presiden casi todos los apartados del nuevo Outlander PHEV. Se han retocado muy profundamente el frontal, que incluso en esta versión PHEV tiene elementos diferenciadores propios y la zaga. Con estos cambios mejora la eficiencia aerodinámica y se disminuye la sonoridad general en 5 dB.
Se ha trabajado en el interior de forma notable, mejorando texturas, materiales y combinaciones de tapicerías de Alcántara con cuero, incorporando también unos nuevos y más eficaces y cómodos asientos. Por último, se ha prestado especial atención a calidades como el confort de marcha, la rodadura y la sonoridad, está última tan importante en vehículos que pueden circular únicamente con el apoyo de un motor eléctrico, como le sucede a esta versión PHEV.
Todos estos cambios se notan de forma muy clara. No solamente en la calidad de los prácticos, sino también en otros aspectos como la calidad de rodadura, caracterizada sobre todo por el silencio y la suavidad de marcha cuando circulamos sólo con electricidad, aunque también el silencio es notable cuando el motor de explosión nos ayuda. O el sonido de las puertas al cerrarse, corrigiendo un pequeño detalle que quitaba algo de impresión de “bueno” a la anterior generación. Con relación a la versión diésel actual, el Mitsubishi Outlander PHEV pierde 20 litros e maletero, ahora se queda en 498 litros, y los asientos van 4 cm más elevados, para acoger debajo del suelo del vehículo las baterías.
Tecnología embarcada de primer nivel.
El Mitsubishi Outlander PHEV es un coche eminentemente tecnológico. Mantiene el sistema avanzado ya que estamos ente un vehículo híbrido enchufable, que empleará 5 horas en recargar las baterías en un enchufe normal, 3,5 horas en el equipo opcional que es recomendable que instalemos en casa, o podrá recuperar hasta el 80 por ciento de la carga en un equipo de carga rápida en sólo media hora. Con relación a la anterior generación se ha mejorado la eficacia del motor eléctrico y algunos de sus componentes, y la eficiencia del motor de explosión, con lo que se ha conseguido disminuir el consumo desde los anteriores 5,8 litros a los actuales 5,5.
Mantiene la tecnología de “serie-paralelo, en la que destaca la presencia de dos motores eléctricos, uno que actúa como generador de corriente otro que se implica en el movimiento del vehículo, y el motor de explosión, que también puede mandar par a las ruedas directamente. De esta forma estamos ante un vehículo en el que podemos recorrer ahora 52 km en fase eléctrica pura, para después pasar a una situación en la que se combina el trabajo del motor de explosión y del motor eléctrico, de forma combinada o por separado en función de la carga de las baterías y de la exigencia de potencia. Toda esta tecnología va acompañada por una caja de cambios de 1 única relación. A pesar de esta complejidad técnica, la marca asegura que la fiabilidad del conjunto es mayor que la de un modelo convencional. Por ello le otorga una garantía de 5 años para el vehículo en general, y de 8 para las baterías.
Durante la prueba hemos podido comprobar todos estos argumentos. La suavidad de marcha es uno de sus factores principales. El confort de marcha es una consecuencia y gracias a los 203 CV totales, no podremos quejarnos de sus prestaciones, aunque no sean lo mejor del vehículo: 170 km/h de velocidad máxima y 11 segundos en la aceleración 0-100 km/h, porque no debemos perder de vista que estamos ante un vehículo de 1845 kg.
También su comportamiento nos ha satisfecho y ya juzgando desde aspectos puramente comerciales, nos ha sorprendido su precio. Teniendo en cuenta que estamos ante la única versión disponible, la tope Kaiteki, que dispone por ejemplo de cámara de 360 grados, avisadores de parking traseros y delanteros, sistema de mantenimiento de carril, llantas de aleación de 18 pulgadas, sistema de tracción integral gracias al motor eléctrico que actúa sobre el eje trasero, faros delanteros led, sensores de lluvia y luces, volante y asientos calefactables, acceso sin llave, navegador, climatizador, etc. etc. su precio final de 35.020 euros sin ninguna opción disponible, nos parece que permitirá que la marca cumpla las expectativas de vender en 2016 1.000 uds, subiendo desde las 389 que matriculó en 2015. Como curiosidad, esta versión hibrida enchufable cuesta 2.275 euros menos que la diésel, lo que no deja de ser un factor interesante. Si comparamos este precio con el de los vehículos rivales, incluso sin que estemos ante modelos convencionales, solo animados por un convencional motor de gasóleo, las diferencias de precio son también muy llamativas.
Lo repetimos, el año en el que estamos será sin duda el de los vehículos híbridos enchufables. Esta tecnología, con todas las variaciones que las marcas incluyan, es la más adecuada en la actualidad, mientras que las baterías no dispongan de la capacidad de proporcionar más autonomía a los modelos eléctricos puros. Además no se debe dejar de lado sus ventajas. Primero las subvenciones que ayudan a la compra, aunque luego deban tributar en la declaración de la renta. Después las facilidades de llegar la ciudad por los carriles bus-vao-eco. También la posibilidad de aparcar sin coste en las ciudades, o incluso no pagar peajes o repostar gratis en postes en algunas ciudades. Este Mitsubishi Outlander PHEV es el líder actual de su segmento y seguro que mantendrá esta posición e incluso agrandará las diferencias.
