Desde el lanzamiento del Renault Zoe y hasta el comienzo del verano ya se han matriculado más de 160.000 unidades del utilitario eléctrico Zoe, que ahora recibe ligeros cambios.
El Renault Zoe centra sus cambios estéticos sobre todo en el frontal, con nuevas formas en el paragolpes delantero, rejilla modificada con nuevas inserciones cromadas. Incluso se modifican algunas entradas de aire para mejorar su eficiencia aerodinámica. Los intermitentes traseros son de tipo dinámico.
Uno de los aspectos más importantes de esta nueva generación del eléctrico Renault Zoe es la autonomía que ofrece, cifrada en 395 km según medidas WLTP, lo que según Renault representa un incremento del 25 por ciento con relación al anterior. Se puede recargar en corriente alterna en cargadores de hasta 22 KW y en corriente continua hasta 50 kW. Esta nueva batería Z.E 50 tiene una mayor densidad de carga, por lo que ocupa el mismo espacio que la anterior, aunque ofrezca mayor capacidad.
Bajo la tapa delantera se sitúan las tomas de carga. Una con dos polos para la recarga en corriente continua. Es la que emplearemos en el domicilio y tardará alrededor de nueve horas y media en alcanzar el tope de carga. Esta operación se realiza mediante una toma estándar, aunque el Renault Zoe dispone de un acoplador Combo que le permite recargar en cualquier toma pública. En un borne de 11 KW el Zoe recupera 125 km en dos horas, y si el conector es de 22 KW el tiempo se rebaja hasta la mitad.
El motor del Zoe tiene una potencia de 136 CV lo que le permite llegar a los 100 km/h en solo 10 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 140 km/h. Ofrece varios modos de conducción, uno de ellos nos permitirá utilizar el freno de una forma muy esporádica, permitiéndonos además una regeneración máxima de energía. Existe un modo B especialmente pensado para ciudad o retenciones y otro D en el que se aprovecha a máximo las inercias cuando viajamos en vías rápidas.
Por supuesto el nuevo Renaut Zoe está cargado de sistemas de seguridad, como el aviso de ángulo muerto, conmutación automática de luces, reconocimiento de señales de tráfico o asistente automático en retenciones, además de alerta de salida de vía, el frenado automático de emergencia o la asistencia al mantenimiento de carril.