El BMW M2 Coupé ofrece deportividad a raudales, tanto en diseño como en prestaciones gracias a su motor de seis cilindros.
Reconocible a la vista: un BMW M en toda regla
El diseño se ve desde lejos que es M, con un faldón delantero más bajo, con grandes entradas de aire, o las características branquias de esta ilustre familia de deportivos.
Las llantas de aleación son de 19 pulgadas con un diseño de dobles radios, y el escape doble con cuatro salidas, que sobresale en la parte trasera.
En el interior también se aprecian los diferentes elementos distintivos de M como son los guarnecidos de alcántara en las puertas y diversos detalles en carbono. El emblema M está presente en diversas superficies, y los asientos, el volante o la palanca de cambios son específicos.
Motor a la altura
El pequeño de los modelos M utiliza un propulsor de seis cilindros en línea, con 3.0 litros de cilindrada y 370 CV de potencia. El par motor es de 465 Nm, aunque se puede aumentar hasta los 500 durante un breve periodo de tiempo gracias a la función overboost.
Este potente motor le permite alcanzar los 100 km/h desde parado en tan solo 4,3 segundos, y la velocidad máxima es de 250 km/h limitada electrónicamente. Todo esto si está equipado con la caja de cambios automática de doble embrague M DKG, que además proporciona unos consumos homologados de 7,9 litros a los 100 km y unas emisiones de 185 g/km de CO2.
Un deportivo conectado
El BMW ConnectedDrive permite el acceso a diferentes sistemas de asistencia a la conducción y servicios de movilidad, además de la posibilidad de descargar numerosas aplicaciones, como la app GoPro que permite el control a través de la pantalla Control Display de la cámara GoPro instalada en el tablero. Otra aplicación es la denominada M Laptimer, que permite el análisis del estilo de conducción, velocidades o puntos de frenado en circuito.
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