Un tren me llevó a Hua – Hin

Un clásico de los viajes a Tailandia.

Vamos a soñar… Nos encontramos en un lugar privilegiado, bañado por el mar y  enclavados en plena jungla montañosa. En Hua Hin, los hoteles y resorts se convierten en auténticos oasis que invitan al escapismo y al abandono absoluto de cuerpo y sentidos. El concepto del spa moderno, tiene aquí muchos referentes. Las sedas compiten en colorido con las flores naturales que flotan sin rumbo en un estanque de piedra. La música chill out o el sonido del mar ponen la banda sonora a un relajante masaje o un tratamiento intenso.

Hua Hin, situado en pleno Golfo de Siam, está a unas dos horas y media en coche desde Bangkok. Se trata de un antiguo pueblo de pescadores que ha sabido conservar el encanto de antes y fusionarlo con todo lo propio de quien no quiere renunciar al lujo. Un rey tailandés construyó en Hua Hin un palacio al que dio el nombre de Klai Kangwon, y que muy acertadamente significa “lejos de las preocupaciones”.  Su vieja estación de tren, todavía es la opción para llegar a este santuario de la buena vida…

Los problemas del alma no son nuevos. Esto lo saben muy bien en Chiva-Som por eso lo primero que el huésped recibe al cruzar la puerta de este santuario de la salud es un diagnostico y un programa personalizado. El concepto es bien sencillo, recuperar el equilibrio, aprender a cuidarse y deshacerse de toxinas y demás dolencias de la vida moderna en un lugar lleno de expertos entregados a la causa. La gastronomía de Chiva-Som rompe con los tópicos de que la cocina de Spa es aburrida e insípida. Además el placer de lo que se come no acaba al abandonar el lugar ya que los chefs imparten clases para poder continuar con la dieta sana en casa. La transformación del antes al después justifica los altos precios.

Otro buen ejemplo lo tenemos en el Anantara Hua Hin. Anantara viene del Sánscrito y significa “agua interminable, sin fronteras”. Al alojarse en este resort es fácil entender el concepto, pero cuando la sensación es más real es cuando se visita el Spa. Dentro, el énfasis por el líquido es una constante, por eso a nadie le puede extrañar que la especialidad sean los baños relajantes entre flores y aceites aromáticos, u otros más extremados como el baño de leche y miel al estilo Cleopatra.

La parte más estética nos lleva a las tradiciones más profundas de las tribus de esta tierra como los Aka, que son los miembros de una antigua tribu originaria del Tibet cuya filosofía de vida se basaba en la armonía y espiritualidad de la vida sencilla. Conocidos por su exotismo y sus coloridas vestimentas esta tribu da nombre e inspiración a este resort de Hua Hin.

A la orilla de un extenso lago, las villas de corte minimalista que forman el hotel se suceden transportando al huésped a un mundo de privacidad y aislamiento en un entorno de naturaleza. Cada villa tiene su piscina individual con terraza y tumbonas y, por si fuera poco, algunas de ellas cuentan con un recinto cubierto donde recibir tratamientos y masajes sin tener que salir de la villa.  Aunque existe la posibilidad de incluso cenar “en casa”, las opciones son variadas. Ya sea con vistas al lago o al canal, se puede elegir entre dos restaurantes y dos bares donde degustar la extensa cocina tailandesa o si apetece un plato de cocina internacional.

Webs relacionadas
www.turismotailandes.com
www.thailand.com

Hotel Recomendado
Además de los recomendados en el texto, también merece la pena mencionar Dune Hua – Hin

Línea Aérea
Thai Airways  es la mejor opción para viajar hasta Hua – Hin.

Secreto:
Un refugio de reyes. Para los occidentales, hasta hace muy pocos años, Hua Hin no era más que un tranquilo y desconocido pueblo de pescadores en la costa del Golfo de Tailandia. Para los tailandeses, sin embargo, era ya un lugar de veraneo antes de que llegase el viajero occidental. El rey Rama V lo eligió a principios del siglo XX para construir aquí su Palacio de verano.

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Redacción

Autor: Redacción

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