Los combustibles alternativos a la gasolina y el gasóleo están llegando a nuestros vehículos cada vez con mayor intensidad. El líder en este caso es el GLP -gases licuados de petróleo-, pero existen versiones para gas natural, que no dependen para nada de los derivados del petróleo, o los híbridos, híbridos enchufables o los eléctricos puros, que son otras formas de entender la movilidad.
En este caso Ford ha elegido el GLP como combustible alternativo, lo que entraña modificaciones en el vehículo. El motor es el mismo, aunque se preparan algunos de sus elementos para mejorar la lubricación, que disminuye su nivel al utilizar GLP. Además se incluye un depósito adicional de gas, y la consiguiente instalación de carga y suministro. En total, hay que añadir 1.600 euros de más al precio del vehículo equivalente de gasolina.
De esta forma aumentamos la autonomía, ya que a la que se consigue con la gasolina, se debe añadir la que proporciona el GLP. Ambos combustibles se pueden utilizar a la elección del conductor. La carga del GLP es algo más engorrosa que la de gasolina, ya que debemos instalar un adaptador para poder conectar la manguera y cuando ya lo tenemos todo preparado, pulsar un botón durante todo el tiempo que dure el repostaje. Como vemos algo más complicado. Al final, y aunque el consumo e GLP es mayor que el de gasolina, el precio del combustible nos reduce la factura el algo más del 25 por ciento. Hay que hacer números por los 1.600 euros que pagamos de más, pero al final la realidad es que necesitamos bastantes kilómetros para amortizarlo, lo que se convierte en un inconveniente.
A nivel de funcionamiento, no han variaciones entre uno y otro combustible. Los 86 CV del B-Max se quedan bastante escasos en cuanto lo cargamos y nos obliga a manejar el cambio de desarrollos tirando a largos con mucha frecuencia para mantener el crucero elegido, a poco que la orografía del terreno se complique.
Por este motivo y también por sus cualidades prácticas, este B-Max se muestra como el vehículo ideal para ciudad. Su sistema de puertas, que elimina el pilar B, le convierte seguramente en el coche más cómodo del mercado para entrar o salir, con unas plazas traseras muy acogedoras para ir tiempo sentados en ellas. Lo mismo puede decirse del maletero, que por su capacidad es correcto y tiene un perfecto acceso.
Desde el punto de vista del comportamiento, no hay demasiadas pegas que ponerle. Es un coche dinámicamente muy seguro, sin problemas en ningún tipo de trazados, con un bastidor por encima de las exigencias del motor.
El B-Max, para finalizar es también un coche muy atractivo por la terminación y los elementos que mejoran la estancia a bordo. Otro inconveniente es el precio. Estamos hablando de un vehículo que sale por 19.900 euros, sin descuentos ni plan PIVE, un precio ciertamente elevado para tratarse de un coche de cuatro metros justos y de su nivel de prestaciones.
Ficha Técnica
Motor
Nº Cilindros: 4 en línea
Cilindrada: 1.388 cm3
Tipo de combustible: GLP
Potencia: 86 CV a 5.750 rpm
Par máximo: 125 Nm a 4.000 rpm
Cambio: Manual de 5 relaciones
Neumáticos: 195/55 R 16
Carrocería
Nº de plazas: 5
Peso en vacío: 1.382 kg
Depósito de combustible: 48 litros
Largo/Ancho/Alto: 4.077/1.751/1.604 mm
Vía delantera/trasera: 1.492/1.482 mm
Distancia entre ejes: 2.489 mm
Capacidad del maletero: 318 dm3
Prestaciones
Velocidad máxima: 171 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 10,5 s
Consumos Urbano/Extraurbano/Mixto: 10,5/6,0/7,6 l/100 km
Emisiones: 123 gr CO2/km
PRECIO: 19.900 euros