Diez destinos franceses que puedes visitar en coche (2 de 2)

Diez destinos franceses que puedes visitar en coche

Ensenada de Arcachon

 

Segunda parte sobre las rutas en coche por la región de Nueva Aquitania en Francia. En esta entrega llegaremos a lugares con escenarios de gran belleza, playas extensas y poblaciones llenas de encanto.

 

Comenzamos llegando la bahía de Arcachon donde encontraremos pequeños puertos de cultivo de ostras y playas de fina arena sobre el Océano Atlántico más auténtico.

1- Bahía de Arcachon

A 50 kilómetros de Burdeos, la bahía de Arcachon también tiene una serie de ciudades y pueblos, así como la famosa duna de Pilat y la encantadora península de Lège-Cap-Ferret. Buenas razones para descubrir este rincón de Francia donde las mareas y la corriente han dado forma a un paisaje extraordinario.

Imprescindible subir a pie (no hay otra forma) a la duna más alta de Europa, con 109 metros de alto, 2.700 metros de largo, 500 metros de ancho y 60 millones de metros cúbicos de arena. Pero el esfuerzo merece la pena porque, en la cima, el panorama de 360° sobre la bahía de Arcachon, el océano, la reserva natural de Banc d’Arguin, el faro de Cap Ferret y el gran bosque de pinos son sublimes en cualquier momento del día.

Y para reponer fuerzas, se está en el lugar ideal: nada como hacerse abrir algunas ostras directamente por un ostricultor, que se acompañan de una copa de vino blanco, buccinos, gambas e incluso paté. Pero no solo ostras, el corazón de la Bahía esconde a dos criadores de esturiones y productores de caviar. Las dos empresas permiten visitar sus estanques, sus zonas de cría y transmiten la apasionante historia del caviar de Aquitania.

Estos manjares excepcionales se pueden encontrar en las mejores mesas de la región, así como en las estanterías de las tiendas de comestibles más refinadas. Y tras la comida pasear por las coloridas cabañas como las del pueblo de l’Herbe o los pequeños puertos y observar los plates, típicos botes que van y vienen con sus sabrosos cargamentos, son algunos de los placeres sencillos que se puede disfrutar en la bahía de Arcachon.

 

 

2- Las Landas, naturaleza en estado puro

Playas naturales, de moda, deportivas, familiares, naturistas… También en las Landas hay para todos los gustos y espacio para todo el mundo con 106 km. de arena fina y quince pueblos costeros, de sur a norte. Un destino incomparable para los amantes del surf, de la vela, de los grandes espacios naturales, del bienestar o simplemente del descanso. Las Landas son desde hace tiempo un destino predilecto de los adeptos del naturismo, para los que existen lugares y servicios específicos.

La playa de Culs-Nus (el nombre no puede ser más indicado) en Hossegor y la playa de Arnaoutchot en Vielle-Saint-Girons son dos playas con servicio de socorrismo donde el naturismo está oficialmente permitido. Pero además hay muchas otras playas en las que está tolerado fuera de las zonas de baño. Basta con alejarse un poco del puesto de vigilancia para poder quitarse el bañador sin ningún problema.

En Vielle-Saint-Girons, en medio de un pinar de 45 hectáreas, el camping de Arnaoutchot es toda una institución para los amantes del naturismo… y de la naturaleza, porque en las Landas la naturaleza está por todas partes, y especialmente en lugares protegidos por su interés ecológico y paisajístico, como la reserva natural de la Corriente de Huchet, con su lago y su corriente que discurre entre las dunas pobladas de alcornoques antes de ir a parar a la playa de Moliets. Al lado de Labenne, la Marisma de Orx está declarada Reserva Natural Nacional y en ella pueden observarse más de 250 especies de aves y palmípedos. La reserva de Arjuzanx, por su parte, es el principal lugar de hibernación de la grulla común en Francia, ofreciendo un espectáculo mágico con cada migración.

 

 

3- Lascaux y Sarlat, arte en el interior y belleza exterior

Situado en el corazón del Périgord Noir, el valle de la Vézère ofrece un paisaje de acantilados al pie de los cuales fluye el río Vézère. Pero, además de ese exterior deslumbrante, en su interior propone hasta 15 cuevas y sitios prehistóricos, entre ellos la famosa cueva de Lascaux, reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Aunque el original, como ocurre con Altamira y otras cuevas con pinturas prehistóricas, no puede ser visitado por el público para no deteriorarlo, sí puede verse la mayor réplica de una cueva ornamentada del mundo y a admirar las pinturas, los grabados y otros elementos prehistóricos de esta obra maestra de la humanidad de 20.000 años de antigüedad.

Saliendo de la cueva se descubre un lugar impresionante: el entorno natural preservado del valle de la Vezere que lo convierte en un destino ideal para las actividades en plena naturaleza. Paseo, senderismo, equitación pero también canoa, baño… Estamos en Dordoña Perigord, en la base del triángulo de oro turístico constituido de Sarlat, Montignac Lascaux y Les Eyzies. Sarlat es la capital del Périgord Noir, y aunque a menudo se la considera una ciudad medieval, tiene un patrimonio rico y variado, que refleja acontecimientos significativos y desarrollos importantes.

Visitar Sarlat es entrar en un libro de historia, con 11 hectáreas completamente clasificadas o registradas como monumentos históricos. Y, claro, no pueden faltar los placeres gastronómicos, la gastronomía de la Dordoña ha contribuido a hacer famosa la gastronomía francesa, por ejemplo añadiendo productos típicos: el foie gras, la trufa negra del Perigord

 

 

4- Limoges, mucho más que la mejor porcelana

Si la porcelana es el emblema de Limoges, la capital mundial de las artes del fuego es también una ciudad de arte e historia que se puede recorrer a despacio y con delicadeza como en una tienda de porcelana. Para ver la ciudad medieval hay que empezar admirando la catedral de Saint-Etienne, de estilo gótico, es notable por sus vitrales y gárgolas y está cerca de los jardines del Obispado.

En su interior se puede descubrir la mayor Virgen Negra del mundo, su particularidad es que está hecha de esmalte. Hay varias iglesias más que visitar antes de la comida en el corazón del mercado cubierto, Boucherie, cuya fachada está decorada con un friso de porcelana en la más pura tradición de Limoges. El Café 1900 en la Plaza des Bancs, es otra opción gourmet para un ambiente de bistrot.

Por supuesto, hay que dejar tiempo para descubrir la estrella de la ciudad: la porcelana. Para ello, hay varias posibilidades: el Museo Adrien-Dubouché, renovado y dotado con una museografía rediseñada, propone un apasionante viaje por la historia de la cerámica en torno a las civilizaciones y los continentes. La Fundación Bernardaud o el horno de Casseaux son otras alternativas. Imprescindible dar un paseo por el Boulevard Louis Blanc, un verdadero escaparate de porcelana y esmalte, gracias a las numerosas tiendas que ofrecen porcelana en formas clásicas e inesperadas y las últimas creaciones en esmalte.

También se puede hacer una parada en la fábrica Jacques-Pergay para hacer algunas compras, antes de llegar a la soberbia e inolvidable estación de tren des Bénédictins, monumento emblemático de la ciudad con su majestuoso campanario de 61 metros de altura, la cúpula y las vidrieras art déco… una de las estaciones más bonitas de Europa.

 

 

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Redacción Viajes

Autor: Redacción Viajes

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