Prueba Ford Fiesta ST

Los utilitarios con potencia, los más deportivos, son un tipo de vehículos que han pasado a un segundo plano en las gamas de los fabricantes por las injustificadas críticas que han recibido de determinados organismos y algunos conductores. Sin embargo, y para contradecir con argumentos todas esas críticas, vamos a permitirnos valorar lo que en la actualidad aportan.

El Ford Fiesta ST forma parte de una categoría de vehículos que no nos cansaremos de valorar. Es cierto que son coches con un confort de marcha mejorable,  pero no merecen las críticas de aquellos que los consideran peligrosos. Son en la actualidad muy seguros, accesibles a conductores no excesivamente avezados y, por supuesto, muy agiles y divertidos.

Potencia= seguridad

Son seguros muy seguros, porque la potencia es seguridad en caso de situaciones complicadas, y en la actualidad, con todos los elementos automáticos que llevan implantados, pueden considerarse como vehículos altamente recomendables. Con las nuevas tecnologías no son vehículos poco eficientes, ya que sus consumos resultan incluso recortados en función de su potencia. Se completan con bastidores y suspensiones muy eficaces, frenos de enorme resistencia a la fatiga y efectividad y además, como en el caso del Fiesta ST, disponen de otros elementos, como los asientos, que nos permiten ir sujetos y sentir con enorme fidelidad todo lo que pasa bajo las ruedas.

Lo que el Fiesta ST aporta 

Las cifras que podemos analizar en la ficha técnica son llamativas. 200 CV de potencia obtenida de un motor de tres cilindros como derivado de otro de cuatro y dos litros de cilindrada, al que se le ha eliminado un cilindro. Por supuesto, se recurre a la sobrealimentación y se consigue primero un motor muy dócil, pero con la suficiente  ”patada” para impresionar y situar las cifras de aceleraciones en solo 6,5 segundos para llegar a los 100 km/h. Utiliza un sistema mixto de alientación a base de inyección directa e indirecta. Está realizado todo en aluminio y además cuenta con desactivación de un cilindro cuando no sea necesario su aporte de potencia. Además para solucionar el pase de la potencia al suelo dispone de un diferencial autoblocante mecánico para ayudar a los controles de tracción y estabilidad.

Cuenta con tres modos de conducción. Normal, deportivo, en el que el mapa del motor, la respuesta al pedal del acelerador y la dirección asistida se modifican para acentuar su personalidad deportiva, pero sin exageraciones.

El programa Circuito es totalmente radical. Se desactiva el control de tracción, el control de estabilidad casi se queda en “prevengan”, mientras que el motor y el recorrido del acelerador se ajustan para conseguir los mejores tiempos por vuelta en circuito.

El rendimiento en cualquiera de los tres casos sorprende, y en el caso de viajar normalmente por carretera, conseguiremos unos consumos en el programa normal, sorprendentes para un vehículo de 200 CV. Estamos hablando de 6,8 litros a los 100 km, lo que ya decimos, no nos ha dejado de resultar llamativo.

Cuando le pedimos que nos demuestre con algo más de rotundidad lo que significa apellidarse ST, nos demuestra que, lo primero, su bastidor combina agilidad con una estabilidad que solo en terrenos con poca adherencia notaremos el deslizamiento del tren delantero, pero corregible de una forma muy dócil mediante el volante.

La entrega de potencia es sorprendente, y su capacidad de reacción en cualquier situación nos ayudará, como ya dijimos en los primeros comentarios de la prueba, a salir con enorme seguridad de cualquier situación.

Además, los especiales asientos Recaro del vehículo sirven, además de para sujetarnos convenientemente, para trasladarnos sin demasiados filtros, lo que pasa bajo las ruedas. Es cierto que son bastante duros, lo que unido a la dureza de las suspensiones nos pueden dejar el trasero algo dolorido después de pasarnos varias horas al volante, pero son un elemento al que en un vehículo como el Fiesta ST no querremos renunciar por nada del mundo.

Por supuesto el resto de los elementos del vehículo están pensados para trabajar al mismo nivel que el motor. Frenos, cambios y otros sistemas forman un conjunto que trabaja de una forma muy conjuntada y que nos permite extraer buena parte del poderío del vehículo sin tener que ser conductores excesivamente avezados.

En resumen, el Ford Fiesta ST nos ha perecido un coche muy versátil a pesar de que su límite por arriba esta situado al nivel de coche deportivo casi extremo. Los técnicos de la marca han sabido combinar en sus virtudes, aquellas que nos permiten circular por ciudad o carretera a velocidades similares a las del resto de vehículo, pero en condiciones señaladas, nos permite incluso desarrollar todo nuestro potencian y el del vehículo en circuito sin hacer para nada el ridículo.

 Ficha Técnica

Motor

Nº Cilindros: 3 en línea

Cilindrada: 1.496 cm3

Tipo de combustible: Gasolina

Potencia: 200 CV a 6.000 rpm

Par máximo: 290 Nm de 1.600 a 4.000 rpm

Cambio: Manual de 6 relaciones

Neumáticos: 205/40 R 18

Carrocería

Nº de plazas: 5

Peso en vacío: 1.283 kg

Depósito de combustible: 42 litros

Largo/Ancho/Alto: 4.068/1.735/1.469  mm

Vía delantera/trasera: 1.506/1.467 mm

Distancia entre ejes: 2.493 mm

Capacidad del maletero: 311 dm3

Prestaciones

Velocidad máxima: 232 km/h

Aceleración de 0 a 100 km/h: 6,5 s

Consumos Urbano/Extraurbano/Mixto: 7,6/5,1/6,0 l/100 km

Emisiones: 136 gr CO2/km

PRECIO: 25.545  euros

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Francis

Autor: Francis

Periodista especializado en temas del motor. Novedades, tecnología, seguridad vial y pruebas de nuevos modelos.

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