Las Islas Baleares, auténtico sabor mediterráneo

La gastronomía de las Islas Baleares permite a todo aquel que la saboree conocer un poco más acerca de la cultura de sus islas. Con su particular sello mediterráneo, los productos que atesora la cocina balear, tan vinculados a la tierra y al mar, son garantía de autenticidad, calidad y tradición.

 

 

La evolución que la gastronomía y la enología han experimentado durante los últimos años reside, principalmente, en lo que transmiten. Aún como una necesidad básica inherente al ser humano, la gastronomía se ha transformado en la búsqueda de experiencias que, además, contribuye a definir nuestra identidad. De este modo, la cultura de las Islas Baleares, representada por el conjunto de sus islas, se ve reflejada en buena parte en su gastronomía.

Bañada por el Mediterráneo, la cocina balear atesora una gran diversidad de productos, todos ellos vinculados a la tierra, el mar y sus raíces; una tradición cuyo sello de identidad es sinónimo de exquisitez y calidad. Los aceites con sabor mediterráneo, vinos de reconocido prestigio, sabrosos quesos artesanos, la conocida ensaimada o sobrasada o la sal marina son una muestra de las características de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.

Una calidad que va unida a un compromiso respecto al cuidado de la tierra. La tendencia a consumir productos ecológicos y locales se ha asentado entre los residentes y turistas de las Islas Baleares, mostrando un incremento en la concienciación sobre el cuidado del medio ambiente, pilar fundamental de la estrategia turística del destino. Así, y con el firme propósito de convertirse en referente del turismo sostenible, el Gobierno de las Islas Baleares ha destinado alrededor del 50% del fondo del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) a proyectos destinados a preservar el medio ambiente.

Tal es el caso del proyecto de Agricultura Ecológica, enmarcado en la finalidad de medio ambiente y cuyo ámbito de actuación se extiende a las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera con un presupuesto en torno a los 750.000 euros. A través de una dotación económica, el proyecto persigue fomentar la entrada de nuevos agricultores y ganaderos que practiquen la agricultura ecológica. Aún en ejecución, esta iniciativa comienza a dar sus frutos: en 2018, la superficie de terrenos destinados a la agricultura ecológica en Baleares aumentó un 10,9% respecto al año anterior, alcanzando las 35.848 hectáreas, lo que supone un 16% de la superficie agraria útil total.

De este modo se pone de manifiesto la importancia de la actividad agraria para la gestión de los recursos naturales y, más concretamente, de la agricultura ecológica para la gestión de la biodiversidad de los espacios naturales. La no utilización de pesticidas y fertilizantes de síntesis química contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, al mismo tiempo que protege la calidad de las aguas y los suelos de las Islas Baleares.

Por otro lado, desde el Gobierno de las Islas Baleares se está promoviendo el régimen de venta directa con el fin de potenciar la comercialización agraria y dotar a los productos de agricultores y ganaderos de un valor añadido al acortar la distancia entre productores y consumidores. De este modo, la venta directa responde a la creciente demanda por parte de la sociedad de adquirir alimentos frescos y tener un mayor conocimiento acerca de la procedencia y del proceso de elaboración de los alimentos que consumen. 

 

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Redacción Viajes

Autor: Redacción Viajes

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