Prueba Seat Arona 1.5 Eco TSI FR S&S

Después del Ateca, Seat ha desarrollado el compacto Arona, que ahora con el lanzamiento del Tarraco, forma parte de una gama SUV verdaderamente interesante.

El Seat Arona ocupa el escalón más bajo de la gama con sus 4,14 m de longitud, situándose en un segmento muy competido. Estéticamente sigue el estilo de la marca, con trazos simples que pretenden obtener el máximo rendimiento en el espacio interior. Esto le permite consiguir un estilo desprovisto de elementos que puedan resultar, por lo llamativo, desagradables para una parte de su clientela. Además se distingue por elementos opcionales que diferencian y adornan su carrocería, con diferentes tonos en el techo y otros detalles formados por molduras metálicas que personalizan su estilo. Destacamos también el diseño del techo, que se aleja de las formas planas y le proporcionan un perfil muy especial.

Una opción con un tamaño muy razonable

Sus dimensiones externas, estan ligeramente por encima de las de un Seat Ibiza, el utilitario de la marca mide 4,06 m, mientras que el Seat Arona, como hemos comentado llega a los 4,14 m. Como diferencia importante, su mayor altura interior nos permite disfrutar de una mayor sensación de habitabilidad.

Uno de los aspectos que más nos ha convencido ha sido su confort de marcha. Probamos un motor de gasolina, y la verdad es que eso ayuda mucho. El que sea un motor de cuatro cilindros es también una baza positiva. En general el Seat Arona se muestra como un vehículo muy confortable por su bajo nivel de sonoridad, ausencia de vibraciones y una suavidad de marcha de primer nivel.

Versátil, ágil y muy práctico

La verdad es que el Seat Arona muestra una enorme versatilidad, ya que disfrutamos de buen espacio para las plazas delanteras y unas plazas posteriores con espacio generoso para las piernas. Su maletero de 400 litros le proporciona también un espacio de carga si no generoso sí defendible. Con nuestras cifras de espacio interior y dimensiones externas, el Arona se defiende muy bien en carretera y de forma muy ágil en ciudad.

El motor de pruebas era el de 150 CV unido al acabado FR, que se muestra sobresaliente en consumos y también en prestaciones. Nos gusta su agilidad en ciudad y su aplomo en autovías y carreteras despejadas, añadiéndose un buen nivel de sensibilidad y precisión de la dirección y un eficaz y resistente sistema de frenos. Por otro lado el sistema de desconexión de cilindros le proporciona una eficiencia en ciudad que mejora si no drásticamente, sí de forma sensible los consumos.

Nos ha gustado mucho el interior. Hablamos de habitabilidad, pero también nos gustaría mencionar su estilo, ajustes y calidades. No hay demasiadas críticas, pero podrían mejorar algunos plásticos. Con relación a la competencia, podríamos resumir que está en su línea. Pensamos que este segmento es bastante homogéneo y la realidad es que los rivales muestran un nivel en todos los sentidos bastante similar. No destaca de forma excepcional en nada, pero tampoco ningún rival lo supera, a no ser que comparemos los niveles de precio y dotación. En este aspecto es en lo que el Seat Arona esta ligeramente desfasado en precio y no hablamos de esta versión FR que pensamos compensa estas diferencias con una presentación deportiva bastante destacable.