Por lo que parece, mucho nos van a complicar las cosas para identificar a las nuevas generaciones de vehículos híbridos enchufables. El único denominador común va a ser una e entre sus siglas. Eso es lo que parece, a tenor del nombre que estrena el último vehículo que la factoría BMW nos propone.
Se trata del primer vehículo híbrido enchufable de la marca, y ha elegido la base X5, el SUV de mayor tamaño, para realizarla. Lógicamente, dentro del sistema eléctrico que presenta este X5, se encuentra plasmada buena parte de la experiencia que BMW ha conseguido ya con la comercialización de los i3 e i8, aunque su base tecnológica, con un bastidor especial, poco o nada tenga que ver con la del modelo del que ahora estamos hablando.
Uno de los aspectos fundamentales para la viabilidad de este modelo, son las diferentes posibilidades de recarga de las baterías de ion litio, que van situadas bajo el suelo del maletero, desde el enchufe convencional, a través del motor térmico, o recuperando energía cinética. Uno de los sistemas más desarrollados han sido las posibles programas que el conductor puede elegir en cada momento. El primero, el más usual, será el modo Auto eDrive, mediante el cual el comportamiento es el de un coche híbrido convencional. El motor térmico, un compacto dos litros de cuatro cilindros en línea con 245 CV, recibe la ayuda del motor eléctrico en las fases de arrancada y cuando la situación de la carretera y la posición del acelerador lo requiera. Tenemos en este caso un coche híbrido de funcionamiento convencional.
Como opción más ecológica, el conductor tiene la posibilidad de elegir la posición Max eDrive, con el que sólo se utiliza la energía de las baterías que animan al motor eléctrico. En esta situación, disponemos de 31 km de autonomía, siempre que las baterías estén cargadas al máximo, y una velocidad máxima de 120 km/h. En esta situación, es posible circular los primeros 100 km con un consumo por debajo de los tres litros a los 100 km.
Si en este modo pulsamos el botón Save, guardamos la energía que queda almacenada en las baterías para una posterior utilización. Como ya adelanta la denominación del vehículo, estamos ante un coche con tracción integral permanente, pero la energía de ambos motores les llega a las cuatro ruedas a través de la caja de cambios automática de 8 relaciones. No existe por tanto un eje que trabaja con el motor térmico y el otro que lo hace con el eléctrico En conjunto estamos hablando de 450 Nm de par y 313 CV de potencia.
Para el nuevo X5 xDrive 40e no se ha renunciado a los habituales sistemas que encontramos en este tipo de vehículos. Por ejemplo, los modos Confort, Sport y Eco Pro adaptan las cualidades del vehículo a nuestro tipo de conducción, incluyendo el reglaje de la amortiguación y la amortiguación neumática en el eje posterior, que incluye la función de mantenimiento de nivel.
Cuando llegue al mercado a partir del próximo otoño, vendrá acompañado de innovadores sistemas de carga, el conocido BMW i Wallbox, o de sistemas de navegación profesionales, que nos ayuden a localizar estaciones de recarga si queremos o necesitamos circular en modo eléctrico puro por encima de nuestra autonomía básica.
