Es la primera vez que en Motor y Viajes publicamos una prueba de un vehículo eléctrico puro y nos estrenamos con el Nissan Leaf, el más vendido y el que más elogios ha despertado en los últimos tiempos. Incluso ha sido Coche del Año en Europa.
Analizamos por tanto un vehículo que no dispone de la ayuda de un motor térmico convencional, y la verdad es que nos ha servido para adquirir experiencia y tener más claro, mucho más claro, lo que puede proporcionar, desde los aspectos más positivo a los inconvenientes que presenta en una utilización diaria.
Yo separaría dos aspectos para mí muy importantes. Primero la realidad física de su funcionamiento concreto. Después pondría aparte la influencia en nuestra mentalidad y forma de conducir que reclama cuando nos ponemos al volante.
Si nos olvidamos que estamos ante un coche que nos mueve únicamente con la ayuda de un motor eléctrico, podemos valorar de forma muy positiva su funcionamiento. El Nissan Leaf es un vehículo de buen tamaño, con 4,45 m de longitud, un habitáculo amplio y bien diseñado, un maletero correcto para sus dimensiones externas, con 370 litros y unas dotes ruteras sorprendentes. Es verdad que no tiene una velocidad máxima sobresaliente, sólo 144 km/h, pero la verdad es que por prestaciones no se le puede criticar.
Tampoco se puede poner en tela de juicio su comportamiento en curva, con una estabilidad general de primera división, buenos frenos y una dirección que no nos da mucha información, pero no resulta muy criticable.
Frente al conductor tenemos una instrumentación muy futurista, completamente diferente a lo habitual, en la que predomina la información acerca del estado y carga de baterías, de la velocidad, de la autonomía y sobre todo, del tipo de conducción que estamos realizando. Es curioso que la carga de batería se mide a la derecha del cuadro como si fuera un depósito de gasolina, pero con un icono que añade al surtidor un enchufe.
Lo que más destacamos es el silencio de marcha. Para iniciarla, hay que activarlo mediante un botón –no lleva llave – que enciende el cuadro. Después con un mando especial similar al de los cambios automáticos, podemos pasar de la posición de parking a elegir marcha hacia delante-posturas D o B- o hacia atrás. Por supuesto disponemos de un botón eco que nos cambia diversos parámetros del vehículo y nos permite reducir el consumo eléctrico al limitar, por ejemplo, prestaciones y aumentar la cantidad de energía recuperada en retenciones y frenadas.. Por último, en la pantalla central podemos pasar a controlar más en detalle el funcionamiento, sobre todo los consumos puntuales del motor, la recuperación de energía y el consumo de los accesorios como la climatización y otros servicios. Como detalle, este Leaf disponía incluso de calefacción en los asientos.
Después de arrancar, silencio, suavidad y diríamos que tranquilidad, porque sin darnos cuenta nos lleva a un tipo de conducción relajada que busca, aunque no nos lo planteemos directamente. Conducir de una forma económica, aunque sólo sea por aumentar la autonomía, que de fábrica está calculada para 175 Km, pero que a nosotros, después de salir con las baterías al 100 x 110 de carga, solo nos ha mostrado 145 km en el indicador correspondiente.
Hasta aquí lo que podría definir un excelente vehículo. Que no proporciona unas marcadas prestaciones, pero si tiene un comportamiento agradable y seguro y un consumo en euros bajísimo.. Tampoco nada que objetar a su interior, todo lo contrario, destacando su calidad de acabados, habitabilidad, por supuesto confort general en todos los sentidos, y facilidad de conducción.
Pero ahora llegamos a su único pero, la autonomía. Hay que adelantar que llegar a casa y enchufarlo no es un problema. Quizás el único en este sentido es que tenemos que preparar nuestra instalación para montar la central de control que proporciona la marca, u otra similar, y hacer los contratos obligatorios con la suministradora. Por supuesto, se nos olvidaba, tenemos que tener una plaza de garaje fija para poder comprar un vehículo eléctrico, en casa o en el trabajo, porque la disponibilidad de postes en la calle de momento no puede considerarse como una opción real.
Para finalizar, en el libro de instrucciones nos aseguran que un enchufe convencional no es lo más recomendable, por problemas de seguridad, por lo que hay que sumar una elevada cantidad, mayor si tenemos que poner una toma nueva en una plaza de garaje comunitario. Podríamos hablar entre 600 y 1.100 euros, aunque existen tomas más sofisticadas que se conectan con nosotros vía Smartphone.
Pero el inconveniente claro es su autonomía y los efectos negativos en nuestras posibilidades de movilidad no calculada o imprevista. Si nos acordamos del nerviosismo que llevamos en nuestro vehículo cuando se enciende la reserva, más si cabe si esta sensación es de todos los días, lógicamente hasta que nos acostumbremos. Tenemos que pensar muy mucho nuestros recorridos, y si vamos a poder improvisar alguno que se salga de lo corriente. Tenemos que saber qué estaciones de recarga disponemos antes de quedarnos con las baterías a cero y tener que llamar a una grúa para llevar nuestro coche a casa. Por cierto, el coche nos indica el rango de autonomía en el navegador y las estaciones de recarga que están disponibles, aunque como hemos podido comprobar, muchas son imaginarias o no funcionan.
En general este es el único problema, ya que la autonomía es difícil de calcular realmente. Varía en función de nuestra utilización, lógico. Pero no podemos controlar a priori cuanto va a bajar si nos permitimos algún exceso en nuestras aceleraciones o velocidad punta a la que circulamos. Cualquier variación trae aparejada importantes cambios de rango.
No le ponemos ninguna pega a lo que ofrece este vehículo, es como uno de explosión, pero incluso en algunos aspectos mejor. Sin embargo son los aspectos colaterales lo que producen daños. Es cierto que cada vez tienen más autonomía, pero no han llegado a valores medianamente interesantes y se esta pagando por la desidia de los administradores que prometieron muchos postes de recarga públicos y que a la hora de la verdad, como tantas cosas, se han quedado de momento en agua de borrajas. La única ventaja de la Administración, al margen de los descuentos en la compra, es la posibilidad de aparcar, en Madrid por ejemplo, en plazas reservadas, sin pagar por ello. De todos los coches eléctricos el Nissan Leaf es sin duda el que tiene un precio más competitivo, y también el más avanzado tecnológicamente, si tenemos en cuenta lo que da por lo que exige. En conclusión. Un vehículo con un gasto de energía ridículo en comparación con el de un motor térmico, un precio un tanto elevado en esta versión tope Tekna completamente equipada por cierto y una vertiente práctica que de momento nos obliga a pensarnos muy mucho que necesidades tiene que solucionar.
FICHA TECNICA | |
Nº Cilindros: | Motor eléctrico |
Cilindrada: | — |
Tipo de combustible: | Eléctricidad |
Potencia: | 90 KW – 109 CV |
Par máximo: | Constante |
Cambio: | de 1 relación |
Neumáticos : | 225/50 R 17 |
Carrocería | |
Nº de plazas: | 5 |
Peso en vacío: | 1.525 kg |
Depósito de combustible: | — |
Dimensiones | |
Largo/Ancho/Alto: | 4.445/1.770/1.550 mm |
Vía delantera/trasera: | 1.530/1.1525 mm |
Distancia entre ejes: | 2.700 mm |
Capacidad del maletero: | 370 dm3 |
Prestaciones | |
Velocidad máxima: | 144 km/h |
Aceleración de 0 a 100 km/h: | 11,5 s |
Consumos Urbano/Extraurbano/Mixto: | —- l/100 km |
Emisiones de CO2: | 0 gr/km |
PRECIO: 24.700 euros |