Opel Adam 1.4 100 CV EcoFlex

El Opel Adam es un claro ejemplo de coche a la moda. Los coches personalizables han ido aumentando en la oferta general poco a poco. Los pioneros fueron el Fiat 500 y el Mini, después llegó el Citroën DS3, ahora lo hace el Adam, y seguro que llegarán otros contendientes para disputarse este especial pedazo de la tarta. Opel se ha estrenado con bastante brillantez en este segmento tan colorista y juvenil.

El Opel Adam es un producto muy original que responde con exclusividad a lo que el público exige. Su estilo es atractivo, tiene una generosa oferta de mecánicas y su nivel de personalización es muy extenso.  El número de tonos de carrocería que presenta es impensable en un vehículo de corte más convencional, pero la combinación con los colores de techo y con la presentación de interiores, nos permite, si nos tomamos el tiempo , confeccionar un vehículo seguramente  único, haciendo imposible que encontremos por la calle una versión completamente idéntica.

Dejando de lado este aspecto, que las fotografías presentan mejor que las palabras, el Opel Adam tiene virtudes dinámicas también de primer nivel.  El motor de gasolina  y 100 CV de potencia  es suficiente para movernos con agilidad, permitiéndonos también salir a carretera. En este terreno los problemas llegan más de la habitabilidad que de las capacidades del motor y bastidor. Tampoco presenta ningún inconveniente insalvable, todo lo contrario, en el resto de elementos que influyen en la conducción. Frenos, dirección, cambio, suspensiones, nos proporcionan los apoyos más que suficientes para poder disfrutar un vehículo muy bien puesto sobre el asfalto.

El interior del Opel Adam es también muy especial. Se ha dado más importancia a las plazas delanteras, en detrimento de las posteriores y también del maletero, que no tiene unas dimensiones nada generosas.  Es por vocación, un coche de dos plazas de máximo nivel o un cuatro plazas con matizables limitaciones.

Por otro lado, y cuando analizamos el confort de marcha, la unidad del Opel Adam probado había rizado el rizo de la personalización montando unos enormes neumáticos de 205 en perfil 35 sobre unas preciosas y originales llantas de 17 pulgadas.  Son sencillamente desproporcionados y una concesión exagerada a la estética que afecta ligeramente al consumo y mucho al confort de marcha como hemos podido comprobar.

El Opel Adam es un coche muy especial, que entra por los ojos. Colorista hasta el extremo si queremos, pero que también puede ser discreto si elegimos combinaciones más serias y convencionales, que también existen por cierto. El Adam consideramos que es,  una buena herramienta para movernos en ciudad, con mucha seguridad  y también con un enorme agrado de conducción cuando salimos a carretera, sobre todo si sólo llevamos ocupadas las dos plazas delanteras.