Córdoba

Una colección de sensaciones

 

Cuenta una antigua leyenda árabe que con cada persona nace y muere una estrella y que su destino quedará reflejado en la intensidad del brillo del astro. Córdoba tiene su brillo propio y unos días entre sus calles puede convertirse en la escapada perfecta.

Una buena idea puede ser comenzar por la Torre de Calahorra, construida en el año 1369 bajo el reinado de Enrique II de Trastamara y que hoy alberga el Museo Histórico de la ciudad. A continuación, cruzamos el Puente Romano sobre el río Guadalquivir, atravesamos la Puerta del Puente y entramos en la Calle Torrijos.

A la derecha se eleva el símbolo del poder del Islam en la Península Ibérica, la Gran Mezquita. Su construcción data de la época de Abd Ar-Rahman I (756-788) y el lugar elegido fue el solar de la basílica visigoda de San Vicente, construida en torno al año 584. A lo largo de los siglos que duró la obra se irían añadiendo naves, minaretes, bóvedas, creando un maravilloso laberinto. En 1.236 se colocó el estandarte del rey Fernando III y la cruz cristiana en el minarete de la Mezquita. Lo curioso es que desde entonces y hasta el año 1.489 se respetó la construcción general.

Enfrente de la fachada occidental de la Mezquita, separado por la calle Torrijos, se ubica el Palacio Episcopal, que además de sede del Museo Diocesano alberga la Oficina de Turismo.

Entre visita y visita el sol aprieta y es momento de tomarse un respiro. ¿Dónde comer? no hay problema. Los bares, que aquí se conocen por tabernas, ofrecen cazuelas, tapas y raciones. Al final el nombre es lo mismo. Entre las tapas cordobesas de mayor fama destacan las berenjenas fritas, el rabo de toro, la japuta, que a pesar del nombre, se trata de un inofensivo pescado que se prepara en adobo, los boquerones en vinagre y un sinfín de variedades.

De espaldas al Guadalquivir y continuando por la calle Torrijos torcemos por la primera calle a la izquierda, que se llama Medina y Corella, para sumergirnos en el barrio de la Judería. Aquí es donde Córdoba nos enamora sin remedio: las calles empedradas de trazado irregular y sinuoso, de paredes encaladas y salpicadas de flores, decoradas con las labores de forja y en ellas, como antaño, los plateros y curtidores exponen las piezas que producen en sus talleres.

La calle desemboca en la Plaza de Juda Leví, seguimos por la calle Abucasi, para toparnos enseguida con la calle Tomas Conde. Después nos asomaremos a la Plazuela de Maimónides, quien reposa sentado y al que está dedicada la plaza. Sus ojos de bronce perdidos en el infinito ignoran nuestra presencia. La ciudad se apaga… pero su belleza aumenta.

Qué visitar

Sinagoga (Cl. Judíos), Capilla mudéjar de San Bartolomé (Facultad de Filosofía y Letras, Cl. Averroes), Museo de Bellas Artes (Pz. del Potro), Museo Arqueológico (Pz. Jerónimo Páez), Casa Patio (Cl. San Basilio, 50), Casa de las Campanas (Cl. Siete Revueltas), Centro de Arte Pepe Espaliú (Cl. Rey Heredia).

Alcázar de los Reyes Cristianos (4€), Baños del Alcázar Califal (2e), Casa de Sefarad (4€), Caballerizas Reales (espectáculo ecuestre 15€), Jardín Botánico (2€), Museo Vivo de Al-Andalus (4,5€).

Una buena opción para visitar a tu aire Córdoba es Córdoba Card que con 6 tipos de paquetes podrás seleccionar el que más te guste.

Imprescindible

Visitar la Mezquita de Córdoba (8€), símbolo del poder del Al-Andalus. De 8 a 10h entrada gratuita excepto domingos y festivos religiosos. Sólo para visitas individuales y en silencio.

Mapa de la zona

Reserva tu hotel en Córdoba

(Visited 60 times, 1 visits today)
Redacción Viajes

Autor: Redacción Viajes

Comparte este artículo en