Volkswagen Beetle 1.6 TDI 105 CV Beetlemanía

Mucho ha cambiado el Beetle. Ahora presume de experiencia, eliminando el adjetivo New de su denominación, adopta un estilo mucho más práctico, lo que le convierte en un vehículo mucho más utilizable, y mantiene su gama, ya que recientemente ha sido presentada la versión descapotable.

Si empezamos por lo principal, vemos que el Beetle mantiene su personal estilo, sin cambios muy importantes. Se sigue reconociendo a la legua, pero se le ve más grande. Se han modificado sus dimensiones notablemente. Por ejemplo, el maletero pasa de 215 litros a  los 310 litros del actual. También ha crecido bastante en dimensiones externas. El anterior medía 4,13 m de longitud, 1.72 m de anchura y 1,50 m de altura, con 2,51 m de distancia entre ejes. El nuevo, el actual para no confundirnos mide 4,28 m de longitud, con 1,81 m de anchura y 1,48 de altura, y 2,53 m de distancia entre ejes.

Ha ganado espacio interior en todos los sentidos y direcciones en el que lo midamos. Incluso el espacio para las cabezas en las plazas posteriores juega ahora con cifras más que respetables. En el interior mantiene un estilo diferenciador con el resto de la gama, copiado únicamente por el ciudadano UP, que también emplea plásticos brillantes para terminar la parte frontal del salpicadero, por ejemplo. En general, mantienen la calidad de acabados de la marca y su excelente funcionalidad. Tenemos que hacer un inciso para hablar de la dotación del acabado Beetlemanía, un poco extraña por la presencia de elementos caros y la ausencia de otros que en la actualidad deberían ser de serie en un vehículo del tipo del Beetle.

La versión de pruebas iba animada por el motor más pequeño diésel, el 1.6 litros de 105 CV , que nos ha sorprendido por su sobriedad, aunque no por sus prestaciones. Obtener un consumo de menos de 6 litros en condiciones normales de utilización es una tarea bastante sencilla. Sin embargo corre lo justo, con 11,5 segundos en llegar a los 100 km/h, pero sus recuperaciones no son extraordinarias. Lleva una caja de cambios de sólo 5 relaciones y las suspensiones tienen un comportamiento desigual. Son excesivamente secas al paso por los ralentizadores tan habituales en los entornos urbanos, pero responde a los movimientos más lentos con una suavidad que no controla demasiado el balanceo y obligan a una velocidad de paso por curva algo más reducida de lo que sería lo normal, por ejemplo, en un Golf. Sin embargo, son muy confortables en términos generales.

El Beetle no es un vehículo barato ni mucho menos, pero tiene mucho de capricho, aunque cada vez obliga a realizar menos sacrificios que con el anterior desde aspectos puramente prácticos, , lo que representa un apreciable  adelanto sin ningún tipo de matiz.