Porsche Boxster S, de la calle al circuito

Son las 9:00 cuando nos introducimos en el nuevo Porsche Boxster S. El día está claro y el termómetro marca 18 grados. Hoy hemos planificado una prueba especial. Observaremos y comentaremos el comportamiento de este “bólido” mientras realizamos una ruta salpicada de atractivos, para eso es sábado.

El Bosxter S ha pasado la noche en el garaje y luce radiante bajo la luz de los fluorescentes.  Una vuelta a su alrededor nos sirve para constatar su atractiva hechura. Sus medidas generales han crecido. Más largo, más ancho, con una distancia entre ejes superior. La capacidad de carga (280 l) se reparte entre dos maleteros, delante y detrás del motor. Su altura al suelo, sin embargo, se ha reducido. La capota, de lona, propia de un roadster clásico.

El puesto de conducción nos acoge de primeras dadas, como en el mus cuando entran cartas. Ajustamos los asientos eléctricos y espejos retrovisores y obtenemos una postura correcta frente al volante. Nos colocamos  el cinturón de seguridad y giramos la llave de contacto  insertada en el lado izquierdo. Una ubicación, sinceramente, poco cómoda. Al instante los 315 CV de su motor central se despiertan. El sonido resulta sinfónico…

La rampa de acceso del garaje se llena de luz, seleccionamos la temperatura interior del climatizador y echamos la primera mirada al cuadro de instrumentos. No programamos el navegador ya que la ruta es conocida y, respecto al sistema de audio, preferimos mantenerlo en silencio en la primera parte del recorrido. Queremos que el Boxster S se “exprese” en libertad.

Rebasamos por la izquierda el Monte de Viñuelas mientras nos incorporamos a la autovía de Colmenar (M-607) en dirección  a la M-40. Los primeros kilómetros recorridos nos sirven para analizar  las bondades del cambio automático PDK de siete velocidades  (dotado de levas) y la contundente respuesta del motor a la menor solicitación.

Aviones míticos, como el Texan T-6 descansan en la zona exterior del Museo del Aire.

Parada de altos vuelos

El tráfico es mínimo y nuestro ánimo de disfrutar máximo. Vamos a realizar un primer descanso visitando el Museo del Aire www.museodelaire.com. Un destino cultural  todavía poco conocido.  Aprovecharemos la visita para conocer sus últimas incorporaciones y saludar a viejos amigos. El Museo se encuentra en el kilómetro 10,500, de la autopista de Extremadura (A-5)  – dirección Madrid-  en terrenos de la Base de Cuatro Vientos.

La colección que reúne sus fondos está considerada como la quinta del mundo. Más de 104 aeronaves descansan entre los hangares y zona exterior. Se exponen aviones de todas las épocas, entre ellos verdaderas joyas aeronáuticas como “el Jesús del Gran Poder” -biplano que cruzó el Atlántico  Sur en 1.929-,  el Dragón Rápide, Autogiro “La Cierva”, precursor del helicóptero… La entrada es gratis y la atención del personal, exquisita.

Llevamos 25 kilómetros de recorrido que nos han permitido comprobar como la sonoridad con la capota echada no supera la emitida por  una berlina media (entorno a los 70 decibelios). Al salir del Museo optamos por recogerla. En 9 segundos queda escamoteada. La operación también se puede llevar a cabo en movimiento sin pasar de  50 km/h.  Otra de las peculiaridades  del Boxster S es la “autoeliminación” del freno de mano eléctrico al iniciar la marcha (siempre que el cinturón de seguridad esté abrochado).

Continuamos  nuestro itinerario recuperando  la dirección hacia  Badajoz. Tomamos la salida de Villaviciosa de Odón (M-506) para enlazar, pocos kilómetros después, con la llamada “carretera de los pantanos” (M-501). Una vía rápida que aprovechamos para lanzar el vehículo dentro de los límites legales y observar con agrado que sin “techo” el ruido en su interior es mínimo. Probamos a escuchar la radio y las palabras de los “tertulianos” nos llegan nítidas sin subir para nada el volumen. Realizada la comprobación acústica decidimos sintonizar música y olvidarnos de la prima de riesgo que también da la coña hasta los sábados. La calidad sonora de los Bose, espectacular.

Nos relajamos al máximo mientras miramos las tres esferas que componen el cuadro de instrumentos. La principal, con el fondo plateado, muestra el cuentarrevoluciones, el velocímetro ocupa el lado izquierdo y el derecho incorpora el sistema multimedia y navegación. Centrado, destaca un reloj cronógrafo de bella factura (opción).


View Larger Map

Entrada al “Mesón de doña Filo”. Ejemplo del buen comer.

Conducción económica y a comer…

Comprobamos que el indicador del carburante tan sólo ha perdido un par de rayas, bien es verdad que hasta ahora la conducción se ha realizado siguiendo las pautas para lograr un “desplazamiento a vela”. Sí, amigos, no  hemos perdido la cabeza al transitar por la carretera de los pantanos.  La “navegación a vela” no es sólo una especialidad náutica, sino que también se puede efectuar con los vehículos. Porsche, la  recomienda. Se trata de lograr el máximo desplazamiento sin tracción motor aprovechando la energía cinética. El consumo  puede reducirse 1 litro por cada 100/Km.

El trazado es favorable aunque ofrece pocas curvas que necesiten fuertes apoyos, aún así percibimos como el compromiso entre estabilidad y confort es muy alto. Bajamos los cristales laterales y en el habitáculo notamos algo de  aire, pero sin excesos, mientras que el chasis no hace ningún atisbo de “retorcimiento”  como ocurre en algunos descapotables de menor nivel.

Dejamos la M-501 en la salida 37  para adentrarnos en la M-510 hacia  Colmenar del Arroyo, una pequeña localidad, muy cuidada, donde vamos a saciar el apetito. Aparcamos  encaminándonos  a un excelente restaurante acreedor de una estrella Michelin: “el Mesón de doña Filo”. Se trata de un reducido local que se convierte en verdadero templo gastronómico  después de haber probado sus propuestas. Muy recomendables los menús degustación con un sinfín de platillos sorprendentes maridados con estupendos vinos. El precio, razonable.

La Virgen de la Ermita de Navahonda protectora de los conductores

Lugares por conocer

Con el estómago reconfortado- a pesar de sustituir los caldos por la cerveza sin alcohol- reiniciamos la marcha tomando la desviación hacia Robledo de Chavela (M- 531). Nos esperan dos paradas más en los próximos kilómetros.

La primera para entrar en la Ermita de Navahonda al pie del monte de la Almenara. Una pequeña y sencilla edificación del siglo XVI frecuentada  por  Felipe II. En su interior se venera una imagen de La Virgen María escondida en este valle ante el avance musulmán. Milagrosamente sigue allí.

Datos curiosos. En la actualidad, muchas personas que estrenan coche  llevan su vehículo  a la Virgen para pedir protección. Las estadísticas  avalan, al perecer, la ausencia de accidentes a sus propietarios y ¿saben quién se caso allí? nuestro campeonísimo y amigo Ángel Nieto.

La Base Espacial de Robledo, una visita muy recomendable.

La segunda la realizamos al poco de dejar atrás el bello paraje de la ermita. A dos kilómetros nos topamos con la Estación Espacial de INTA-NASA, el famoso centro de seguimiento que ha participado en todos los programas de la conquista del espacio, entre ellos, la llegada del hombre a la Luna. Su visita resulta muy recomendable (www.centrodevisitantes.com).

Volvemos al Boxster S con el cuerpo adaptado ya perfectamente a sus cotas. La verdad es que es un “despacho” muy confortable. Goza de buena visibilidad y todos los mandos están colocados al alcance de la mano. El sistema de audio CDR incorpora una pantalla táctil de 7 pulgadas y ofrece la novedad de la pantalla VGA multifunción de 4,6 pulgadas. En general, la arquitectura interior del Boxster – que se ha renovado por completo respecto a su antecesor- ofrece  líneas sencillas y claras inspiradas en el Carrera GT.

Desde el coche, podemos observar numerosos restos bélicos.

Puro carácter

En el tramo de carretera que vamos ahora afrontar (M-512) nos va a permitir conocer y “estrujar” sus verdaderas cualidades. Se trata de la subida y bajada al “Alto de la Venta”, un recorrido muy virado que muchos aficionados recordarán por ser protagonista de añorados rallies como el Luis de Baviera o Valeo. Si será bonito que el propio Carlos Sáinz ha confesado que es su preferido. Pero no nos distraigamos, el Boxster S nos demanda…

En  su consola central se sitúa el botón que permite seleccionar la opción de conducción Sport Chrono (opción), sistema que facilita el rendimiento del motor – más aceleración- y afinar las “estrategias” de la suspensión. La conectamos. Pronto percibimos que  las mejoras introducidas en el tren de rodaje  han aumentado la rigidez y la precisión de las ruedas. Cuando la visibilidad de la calzada lo permite, rodamos muy deprisa y con plena sensación de seguridad. Los frenos trabajan a la perfección y no muestran síntomas de fatiga. Nos llama la atención que al solicitarlos a fondo se produce un efecto “anti dive”. Es decir, el morro no se hunde en ningún caso. Ello es debido a la optimización realizada en el travesaño del eje delantero. También nos ayuda a trazar el eficaz comportamiento de la dirección electromecánica – proveniente del 911 Carrera- muy precisa y que “avisa” con antelación. Todos los sistemas de ayuda a la conducción trabajan para sentirnos muy seguros. Para notar algo de sobreviraje hay que hacerlo intencionadamente.

Finalizamos la bajada del tramo “negociando dos paellas” donde sentimos el gran potencial de su grupo propulsor que facilita salir airoso y colocar el coche en la trayectoria requerida. Un poco de sudor en la espalda nos recuerda la tensión mantenida, mientras el doble tubo de escape nos regala un último “bramido”.

Entramos ya en la recta que conduce a Robledo de Chavela, ajustamos velocidades  y disfrutamos del paisaje. Robledo es un bello pueblo de veraneo que mantiene, a pesar de los incendios forestales, masas de pinos y jaras capaces de  destilar un penetrante aroma al que no estamos acostumbrados en las ciudades. En la localidad, destaca la iglesia del siglo XV-XVI de estilo gótico y en sus aledaños encontramos numerosos bunkers y trincheras de la Guerra Civil.

Dejamos atrás la localidad  para afrontar la subida a la Cruz Verde, puerto de segunda categoría en el argot ciclista, pero que ahora está “tomado”  por  cientos de motociclistas. La bajada nos lleva al Escorial. Pasamos por delante del Monasterio, siempre sorprendente, mientras la tarde comienza a caer. Mantenemos recogida la capota, pero subimos un par de grados  la temperatura del climatizador.

Los kilómetros de regreso caen casi sin darnos cuenta. No hay sensación de fatiga. El cuerpo se ha fundido con el asiento y se siente cómodo. La gran ergonomía es de hecho una de sus virtudes. Pero la principal conclusión, a nuestro  juicio, estriba en la dualidad de utilización. Es capaz de admitir  una conducción “civilizada”  y proporcionarnos sensaciones propias de un vehículo de competición, siempre y cuando dispongamos de ¡¡72.727 euros!!

El punto y final lo ponemos en la gasolinera. Llenamos y hacemos números. Hemos gastado 8,3 l/100 km. No está mal, Boxster, nada mal.

FICHA TECNICA
Nº Cilindros: 6
Cilindrada: 3.436 cc
Tipo de combustible: Gasolina
Potencia: 315 CV/6.700 rpm
Par máximo: 360Nm a 5.800 rpm
Cambio: Automático 7vel.
Carrocería
Nº de plazas: 2
Peso en vacío: 11.350 kg
Depósito de combustible: 64 litros
Dimensiones
Largo/Ancho/Alto: 4.374/1.801/1.281 mm
Distancia entre ejes: 2.475 mm
Capacidad del maletero: 280 litros
Prestaciones
Velocidad máxima: 279 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 5,1 s
Consumos Urbano/Extraurbano/Mixto: 11,2 l/100 km – 6,2  l/100 km – 8,8 l
(Visited 321 times, 1 visits today)
Iñaki de Lucas

Autor: Iñaki de Lucas

Comparte este artículo en