El invierno de Don Quijote

Viajar y leer en mi coche

Las aventuras y desventuras de Don Quijote pueden servirnos para decenas de rutas por los páramos manchegos. Consuegra, es una buena opción para el inicio de nuestra ruta desde el norte. Situada en lo alto de una suave colina y junto a varios molinos ponen ese aire quijotesco que estamos buscando. Indudablemente, es uno de esos lugares para aparcar, dejar el coche y callejear. Las buenas muestras de arquitectura popular, merecen alargar la visita.

Carretera y manta, la ruta nos lleva al sur. Los nostálgicos recordarán los años que precedían a la autovía. Rumbo a Puerto Lápice hay que pasar varios pueblos que aún perduran en su memoria literaria. Aparece primero, Madridejos con sus callejuelas imprescindibles para curiosear, y Herencia, famosa por sus quesos artesanales y por sus monumentos situados en simétricas calles que sorprenden a sus visitantes. Parece como si todo este orden y perfección formara parte de su propio carácter.

Se dice que en una de las ventas de Puerto Lápice, Don Quijote fue nombrado caballero. Y es que la tradición de las ventas continúa haciendo famoso a este pueblo de plazas amplias y calles limpísimas. Es curioso el hecho de que forme parte del célebre libro cervantino y que, siglos después, también aparezca en el de otro célebre escritor, Azorín, cuando él mismo decidió seguir la ruta del Quijote y alojarse en la Posada de Dorotea Jiménez.

Desde Puerto Lápice podemos optar, si se tiene tiempo, por una ruta más larga que nos llevaría hasta Almagro o por otra más corta hacia Campo de Criptana. Si llegamos hasta Almagro, debemos disfrutar de su plaza Mayor, su Corral de Comedias y algunas casas palacios como la los Marqueses de Torremejía o la de los Condes de Valparaíso. El primero hoy en día funciona como escuela hogar de las madres Dominicas y el segundo es el actual centro cultural y residencial de la ciudad, además de albergar la Oficina de Turismo.

Una de las paradas más esperadas de quienes se lanzan a la ruta quijotesca es El Toboso. Se dice que Dulcinea fue inspirada en Ana Martínez Zarco de Morales, propietaria del caserón que ahora alberga el Museo de Dulcinea. Aquí se conserva el mobiliario de la época y una enorme prensa de aceite en su patio. También se encuentra en El Toboso el Museo Cervantino, con una gran colección de ediciones del Quijote en varios idiomas.

Donde dormir
Hotel La Casa del Rector.
Pedro Oviedo, 8. Almagro. Tlf: 926 261 259 / 680 983 079. Arquitectónicamente, la Casa del Rector es una casa solariega, discreta en el exterior y deslumbrante en sus interior. Construida en el siglo XVII, cuenta con el noble linaje de D. Pedro Oviedo, mecenas del Siglo de Oro. Todas las habitaciones cuentan con un saloncito propio, camas de dimensiones considerables y con dosel, bañeras con hidromasaje, sauna, minibar…

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Redacción

Autor: Redacción

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