El mar de Siam saca las velas

Un lugar donde los folletos son verdad.

Navegar por las aguas del mar de Andaman durante dos semanas reúne todos los ingredientes para cocinar unas vacaciones perfectas. Incluso nombres muy  “manoseados”  por el turismo de masas, parecen lugares totalmente distintos cuando el barco es nuestro medio de transporte. Desde que se sueltan los cabos del amarre, el lugar parece totalmente distinto.

Esa premisa se cumple en Phuket. Unos minutos de navegación y el síndrome del hotel todo incluido desaparece. Es fácil recuperar la Tailandia de hace treinta años, huyendo de los tópicos, de la cerveza barata y la falsificación de mercadillo… Si gusta la variedad, este es un buen lugar… Con la noche, lo mejor es desembarcar y alquilar un tuc-tuc para conocer Patong, la capital turística de Pukhet.

Es una ciudad inmanejable, con muchos puestos ambulantes, donde se elabora toda clase de comida y con muchos tenderetes de souvenirs. En estos puestos ambulantes empiezas a familiarizarte con  el pollo a la brasa, el picante, los cangrejos de caparazón gris, los pescados secados, el curri, el tamarindo y la soja. Aquí se demuestra que se conoce mucho de la gente a través de su comida…

Lo ideal es no trasnochar demasiado para visitar al día siguiente Phang Nga Bay. La imagen nos va a resultar familiar. Es una bahía salpicada por numerosos picos calcáreos recubiertos de vegetación. Fácilmente nos toparemos en el recorrido con pescadores, trabajando en sus pintorescas barcas alargadas…. La temperatura puede ser insoportable, pero la mezcla de calor y mar son una mezcla que ayuda a navegar buscando algo de brisa.

Este emplazamiento se beneficia de su belleza para ser único en el mundo. Sus aguas de color verde se funden con las tonalidades esmeraldas de la vegetación de la zona, provocando una mescolanza de coloración verde – mar, realmente espectacular. Las excursiones de turistas tienen un extraño peregrinaje hacia el mismo lugar de la bahía, pero a una centena de metros el turista desaparece…

El crepúsculo transforma el color verde en anaranjado y la luz adquiere un tono plateado que invita al sosiego. La naturaleza se erige en protagonista y se oye el cantar de los pájaros, como si nos avisara de que la noche se cierne sobre nosotros. Cenar marisco de la tierra previamente comprado en un puesto local supone el colofón perfecto para un día muy placentero para los sentidos.

Incluso nos han dado la opción de llegar hasta Koh Panyee, o la isla de los gitanos del mar…  Siempre resulta extraño el ver como funciona una ciudad flotante. La mezquita, la escuela y el restaurante son los elementos más visibles; pero entre las callejuelas más estrechas aparece la vida cotidiana. Una comunidad de pescadores se esconde de los ritmos más cotidianos de productividad y riqueza, pero con una eterna sonrisa cuando nos enseñan sus casas.

El amanecer en Tailandia tiene mucho que ver con las pinturas impresionistas. Mucha gama de tonalidades grises sólo cercenado por un punto naranja que se asoma en el horizonte. Al mismo tiempo en que se asoman los pescadores, ponemos rumbo a Koh Kudu Yai. Muy cerca de allí queda la isla donde se rodó El hombre de las pistolas de oro, de James Bond. Las formas de los islotes son fácilmente reconocibles…

Con nuestro propio barco, sólo el viento marca nuestro programa. Una buena opción puede ser Ko-Hong, en Krabi, un lugar que cada vez atrae a más visitantes. Se trata de una zona en la que la geología desempeña un importante papel. Se encuentra rodeada de picos, acantilados y cuevas, que son un santuario para los jóvenes que quieren escalar en un lugar distinto. Centenares de calas, con accesos de lo más variopinto bordean la costa de sus numerosas islas. La densidad de los bosques tropicales se ajusta a la perfección al esplendor de la arena blanquecina.

Más información
Próxima salida Flotilla en Tailandia del 3 al 10 de diciembre de 2011.
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Redacción

Autor: Redacción

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