Con mis botas Sorel.

El capricho de una urbanita en el campo con perro.

La medicina tradicional China dice, que si tienes pies fríos es porque existe una desconexión entre el Yin y el Yan. Algunos dicen que se debe a la poca energía Yan. Me van a perdonar los chinos y su medicina milenaria, pero si tienes pies fríos es porque no llevas los zapatos adecuados. A mí me ha pasado eso toda la vida. Esta temporada estoy dispuesta a olvidar aquello de “antes muerta que sencilla” y ponerme siempre el calzado apropiado. ¡Se acabó!

He subido las montañas del Perú con unos mocasines rojos, andado por las dunas del desierto de Mauritania en chanclas, lo cual no es muy recomendable, he ido a la nieve con tacones. Por desgracia, ninguna de estas aventuras han sido ficción.

Llega el invierno, con retraso pero llega, y he decidido que este año voy a mantener los pies calentitos y para ello me voy a agenciar unas botas Sorel. Además, también me he propuesto salir más al campo pero eso lo veo más difícil…  Mi compra no tiene nada que ver con que lo lleven las famosas, ni que sean las botas más vendidas en E-bay.  Una  tiene fama de snob pero no es el caso.

Ya lo tengo pensado. Primero me voy a comprar unas botas para la lluvia. ¿Por qué? ¿No te pasa siempre que justo el día que te pones los zapatos de ante cae el diluvio universal? Además, cuando sales a dar un paseo con el perro, seguro que metes el pie en un charco y no quiero volver a casa con los calcetines calados. El perro encima hace eso del centrifugado que hacen ellos y te deja todo perdido. Por ahora, es un suponer porque no es mi caso que ni tengo perro, ni paseo.

Pues con mis Tivoli Rain voy a poder salir a la calle y chapotear en los charcos como si fuera una niña. El problema reside en que de las Tivoli me gustan todas y ya he escogido tres colores distintos. Qué bien me hubieran venido ese día de los tacones y la nieve. Me gustan porque no son muy altas que es como suelen ser todas las botas de agua, y eso hace que sean mucho más cómodas. Son por supuesto impermeables pero además llevan un forro polar imprescindible para esos días de invierno en que además de llover hace frío.

Al final la culpa la tiene el catálogo… las Joan of Arctic son tan bonitas que parecen una pieza de arte contemporáneo y las Tofino son la envidia de todas mis amigas por sus colores y diseño. ¡Son bonitas hasta en una discoteca!. Puestos a comprar… también quiero unas Norquay, que son como llevar un jersey de esquiar de esos de toda la vida en los pies. Tienen un forro de piel sintética, que puede ser liso o de colorines. Además tienen una cosa practiquísima, que es una anilla en la cremallera por si llevas guantes y te tienes que quitar las botas. Realmente, llevo un rato intentando imaginar en que circunstancias te pasa esa situación; pero si han puesto la anilla será por algo.

Las que no pueden faltar en el armario de cualquier mujer que se precie son las Wicked Work Boots que son unas botas muy chic a la par que cómodas y gustosas.  Vienen en dos colores gris y marrón y tienen un forro de borrego que  abraza a tus pies y tobillos cual linda ovejita. Lo mejor es la suela que es de un material de goma que hace que no te resbales incluso cuando pisas las hojas de otoño. Sí, esas que son muy románticas en el campo pero un horror en la ciudad.

Bueno, me he convencido, me pongo mis Sorel y me voy al campo a pasear. ¿Alguien me presta el perro?

SOREL
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Redacción

Autor: Redacción

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