Hermès, de las caballerizas a la pasarela.

Conjunción de belleza y alta calidad artesanal.

La iconografía ecuestre ha perdurado como uno de los símbolos distintivos de Hermès. Aunque hoy en día la marca esté fundamentalmente asociada al mundo de la alta costura, la marca francesa sigue manteniendo vigente sus orígenes de guarnicioneros tanto en su manera artesanal de trabajar el cuero como en sus diseños y fabricación de objetos. Los caballos son la marca de Hermès.

Hermès elige París, capital en plena expansión, vivía en aquellos tiempos la competencia de los mejores carroceros, guarnicioneros y enjaezadores debido al uso intensivo del caballo. En aquella época el diseño era un valor añadido.

En 1878, su primogénito Charles-Emile-Hermès hereda los talleres y hacia 1880 Hermès comienza a atraer una clientela adinerada interesada ya por los equipajes de lujo. Esos cambios también se reflejan en el estilo de vida.
Mientras el mercado de los arreos y las guarniciones parecía peligrar con la aparición del automóvil, Hermès aumentó la venta de equipajes cosidos por talabarteros debido al incremento de los desplazamientos.

El salto definitivo de la firma al gran escenario de la moda llega en 1992, de la mano de Emilie-Maurice Hermès. El nuevo responsable introdujo los modernos procesos de diseño en la empresa familiar y añadió un aspecto distintivo que atraería la atención de la nueva élite mundial: el gusto por las vanguardias artísticas y decorativas.
En esta época comienza su expasión textil con su primer pañuelo en 1928.
Pocos años más tarde ya eran muchos los objetos que habían adquirido protagonismo por sí mismos conviertiéndose en clásicos de la casa. Un claro ejemplo es el bolso de mano conocido como “Kelly”, llamado así porque Grace Kelly lucía uno. Con el tiempo se convierte en uno de los mitos de la firma, valorado entre 3.000 y los 18.000 euros.
En 1950 Emile-Maurice Hermès decide probar en el competitivo mundo de los perfumes logrando un gran éxito con el lanzamiento de Eau d´Hermès al año siguiente. Ese mismo año murió.

Su yerno ya colaborador desde hacía tiempo, Robert Dumas-Hermès tomará el relevo en la gestión de la empresa sin abandonar su labor creativa y tratando de llevar el diseño a los objetos de uso cotidiano. Su hijo, Jean-Louise Dumas-Hermès heredará el liderazgo tras su muerte en 1978 reorganizando las actividades de la seda, el cuero y el prêt-â-porter, pero conservando las técnicas tradicionales.

Han sido muchos los cambios generacionales y muchos los colaboradores y diseñadores que han aportado su peculiar estilo a una marca consolidada. Gaultier, por ejemplo, ha salido mezclar en las pasarelas las nuevas tendencias con los elementos más arraigados de Hermès, tales como son los cueros o la reinterpretación de cinchos y cierres en la moda femenina.

Ficha práctica:
www.hermes.com
http://spain.hermes.com
www.facebook.com/hermes

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Redacción

Autor: Redacción

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