Barbour

Los otros placeres del otoño.

Pocas marcas han logrado hacer del agua y el viento sus principales valores. Hablar de otoño y disfrute en la campiña británica es hablar de esta etiqueta que es un símbolo del opcio outdoor. Barbour es un negocio familiar con más de 100 años de historia que nació en un pequeño pueblo al noroeste de Inglaterra.

En esta empresa el pasado es pieza  fundamental de su  orgullo. Los orígenes de la firma se remontan al siglo XIX cuando el joven John Barbour quiso hacer fortuna como representante de tejidos al noroeste de Inglaterra. En 1870 fundó  junto a su mujer,  Barbour & Sons una empresa que alcanzó rápidamente la fama por sus telas enceradas que resguardaban a los ‘hombres de mar’ de las bajas temperaturas del mar del Norte.

El negocio estaba asegurado. La calidad y perdurabilidad de sus productos hizo que la demanda creciera también desde otros sectores como el campesinado y todo tipo de ocupaciones que se desarrollaran al aire libre. A principios del siglo XX la tela encerada Beacon  (la primera marca de Barbour), funcional y resistente empezó a cobrar popularidad en toda Gran Bretaña.   Las penosas condiciones de trabajo en el  campo,  aseguraba el mercado. Sólo el precio era un obstáculo  para llegar a las clases más humildes.

Durante la primera mitad del siglo pasado la dirección de Barbour pasará de mano en mano por los sucesivos herederos de la familia y cada uno de ellos irá aportando su impronta personal al proyecto. Los dos primeros John y Malcom, hijos del fundador, fueron los responsables de elaborar el primer catálogo de la firma.

Durante las dos guerras mundiales, Barbour vio crecer su demanda debido a la fuerza y resistencia de sus abrigos y chaquetas. Sin embargo la Gran Depresión del 29 también le afectó y hasta 1935 no volvió a obtener ganancias.  Eran tiempos de crisis, y  el mundo de la confección no era ajeno al resto de los mercados.

En 1928 Duncan, el único hijo de Malcom, se había unido al negocio, pero será en los años 30 cuando se desarrollen sus más innovadoras ideas vinculando la producción al mundo del motor. Era un apasionado de las motos e introdujo una gama de prendas destinadas a los motoristas.

En la Segunda Guerra Mundial su éxito como proveedor oficial del ejército tuvo que ver con uno de los oficiales de submarino más condecorados de la contienda. Se trataba de George Phillips, al mando del submarino Úrsula. Éste pidió a su lugarteniente Lakin, un enamorado del motociclismo, que probara la impermeabilidad de su Barbour bajo un chorro de agua lanzado desde una bomba de incendios. El experimento resultó asombroso porque Lakin no se mojó ni una gota.

Desde finales de los 50, las riendas del negocio vuelven a pasar de unos a otros hasta que por fin se estabiliza entorno a la gestión de Margaret Barbour, la que fuese nuera de Malcom. Margaret dio una vuelta a los sistemas de fabricación y como presidenta de la compañía logró grandes metas durante los años 70. Bajo su mando se eliminó la venta directa y la función de los catálogos se redujo al apoyo de la gama del producto focalizándose en el estilo ‘country’.

Al margen del espectacular incremento de las ventas, en poco más de diez años la marca recibirá hasta tres Autorizaciones Reales. La segunda de mano de la propia Reina y la tercera por parte del Príncipe de Gales. Su labor fue tan bien valorada que además, la propia Margaret fue nombrada Dama del Imperio Británico en 2002.

Los 90 son los años de la mayor expansión y reconocimiento internacional en los que Barbour ganó tres Queens Awards for Export Achievement. Este periodo también supone una ampliación en cuanto a la gama de colores y en cuanto a los propios diseños de la colección.

En 2004 tiene lugar un importante fichaje en cuestión de creatividad. Lord James Percy, hermano del Duque de Northumberland, se convierte en responsable del área de diseño y marketing aplicando las novedades tecnológicas a la fabricación de prendas para conseguir resultados como la famosa chaqueta Cheviot que combina las propiedades clásicas de Barbour con un peso ligero que aumenta su comodidad.

Actualmente,  la sede central se encuentra en Simonside, donde se fabrican a mano más de 100.000 chaquetas al año. La intensa trayectoria de la firma ha permitido estabilidad y perdurabilidad, dos características que también se pueden aplicar a los más de 2.000 productos con los que trabajan ahora entre abrigos, chaquetas, pantalones, camisas, calcetines y prendas de punto.

Ficha práctica:
J BARBOUR & Sons Ltd
www.barbour.com
Simonside – South Shields. Tyne and Wear NE34  9PD. Reino Unido
Tel +44 (0) 191 427 42 10

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Redacción

Autor: Redacción

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