El Lamborghini Aventador es de momento el tope de la marca dependiente de Audi. No hay un coche por encima. Sin embargo, la realidad es que, comparado con sus hipotéticos y escasísimos rivales, también se sitúa por derecho propio en la cima, entre los vehículos más prestacionales, drásticos, estéticos e impresionantes a los que un conductor puede llegar.
Con el récord de vuelta en el Nurburgring, lo que se queda como una tarjeta de presentación realista y poco despreciable, el V12 del Aventador proporciona 770 briosos caballos a 8.500 rpm, con un par de infarto de nada menos que 720 Nm a 6.750 rpm. Biplaza de vocación, su interior no deja lugar a demasiados lujos, aunque no carece de ciertos refinamientos, aunque la deportividad marca plenamente y de forma muy notable su personalidad. Ha nacido para ser un coche de altísimas prestaciones, sacrificando incluso su estilo, para alcanzar estas metas.
Materiales ligeros y aerodinámica avanzada
Sin embargo, y como miembro de un club verdaderamente inalcanzable, la aerodinamica, la fibra de carbono y el estilo, forman una hamalgama dificil de situar entre sus rivales más comedidos en este sentido. No hay lugar al compromiso ni a la relajación en ninguno de los rincones de su carroceróa. Es hasta recargado. Alli donde la penetración en el aire puede mejorarse, se ha trabajado a conciencia, por eso su estilo es dificimente comparable con el de sus normales competidores, sometiendo el sistema ALA, estrenado en el Huarcán, a diversas patentes que cuidan su exclusividad.
Por supuesto, el desarrollo de sus neumáticos Pirelli han sido tambien exclusivo para aseguarse la máxima prestación y seguridad en cualquier terreno, el asfalto compartido de laas carreteras convencionales o la excitante soledad de los circuitos. En Europa nos piden nada menos que 350.000 euros por hacernos con sus servicios.