El Toyota Aygo que hoy probamos comparte plataforma e interior con Citroën C1 y Peugeot 1o8, sin embargo trata de distinguirse de estos mediante una versión muy equipada, que une a las dotes ciudadanas, unos niveles de lujo y refinamiento muy destacables.
Los coches ciudadanos representan en la actualidad solo el 4,2 por ciento del mercado. En 2018 se llegó a las 55.133 unidades matriculadas, lo que representa una escasa porción con relación a los 289.413 del segmento de los coches utilitarios. Sin embargo para cualquier constructor, es una cifra ya interesante.
Con sus 3,47 m de longitud, el Toyota Aygo es el prototipo de coche ciudadano, pero como ya hemos dicho, con algo más. Su estilo es plenamente Toyota, que ha mejorado mucho en los últimos años en este sentido, aunque se descuelgue con diseños tan controvertidos como el Toyota C-HR o el nuevo Prius. Además el colorido exterior y las combinaciones de diferentes tonos en la carrocería le convierten en un coche juvenil y bien presentado.
El interior sigue este mismo camino, destacando sobre todo la presencia del techo de lona característico, el cambio automático con levas en el volante y por lo inhabitual en su segmento, la tapicería de cuero que va de serie en este acabado. Su diseño es agradable con unas buenas plazas delanteras, aunque las traseras, únicamente dos, debido al techo de lona, tienen una altura libre bastante limitada que hará que ocupantes con más de 1,70 m de altura tengan dificultades para acomodarse sin rozar con el techo. Por otro lado las calidades son buenas, salvo los plásticos de puertas y salpicadero, y en conjunto está muy bien presentado y se consigue una postura al volante bastante cómoda.
En marcha, aunque las prestaciones son limitadas, la verdad es que nos ha sorprendido el buen rendimiento de sus 72 CV, más que suficientes para un vehículo que baja de la tonelada y con una filosofía eminentemente ciudadana. Se conduce con facilidad, es ágil y consume poco aunque tiene otros dos defectos, el funcionamiento de la caja de cambios pilotada, que produce algún que otro tirón y la posición de los mandos que permiten acceder al ordenador de a bordo, que se sitúan en el mismo cuadro de instrumentos, lo que obliga a acceder de forma incómoda para cambiar la lectura.
Su comportamiento en general es muy satisfactorio a nivel de estabilidad y ya hemos comentado que su agilidad en el enrevesado tráfico urbano es muy destacable. En carretera abierta la verdad es que se comporta también con mucha dignidad, permitiéndonos ir a las velocidades legales y si queremos algo más sin problemas en cualquier tipo de terreno, aunque aquí destaca otro inconveniente, el sonido del motor cuando sobrepasamos las 3.000 rpm se nota bastante en el interior.
La verdad es que el nuevo Aygo, y más concretamente la versión que hemos probado nos sorprende por sus cualidades dinámicas del motor de tres cilindros y 72 CV pero sobre todo porque se inscribe en un segmento muy poco ensayado, ya que son muy escasos los coches ciudadanos que vienen especialmente equipados con elementos de lujo. El techo practicable de lona, la tapicería de cuero y la caja de cambios automática con levas en el volante no son elementos muy comunes entre los coches urbanos y menos por el precio de salida de este Toyota Aygo.
Ficha Técnica
Motor
Nº Cilindros: 3 en línea
Cilindrada: 998 cm3
Tipo de combustible: Gasolina
Potencia: 72 CV a 6.000 rpm
Par máximo: 93 Nm a 4.400 rpm
Cambio: Automática manual pilotada de 5 relaciones
Neumáticos: 165/60 R 15
Carrocería
Nº de plazas: 4
Peso en vacío: 935 kg
Depósito de combustible: 35 litros
Largo/Ancho/Alto: 3.465/1.615/1.460 mm
Vía delantera/trasera: 1.430/1.420 mm
Distancia entre ejes: 2.340 mm
Capacidad del maletero: 168 dm3
Prestaciones
Velocidad máxima: 160 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 15,2 s
Consumos Urbano/Extraurbano/Mixto: 4,9/3,8/4,2 l/100 km
Emisiones: 95 gr CO2/km
PRECIO: 16.550 euros