Renault Megane

El Renault Megane es ya un coche conocido y veterano del que se anunciará próximamente su sustituto, pero que en los últimos tiempos ha experimentado algunos retoques que le han convertido en un coche interesante para adquirir en su recta final.

Este Renault Megane adopta el morro “Renault” y ha modificado ligeramente algunos de sus acabados. Esta versión que hoy probamos va animada por un motor de gasolina de 1,2 litros que proporciona 130 CV y ofrece el equipamiento básico del modelo, con un sistema Bose de sonido de muy alto rendimiento y el sistema de parada arranque en detenciones que por cierto funciona extraordinariamente bien.

En realidad el mercado le está dando la razón por la enorme aceptación que está teniendo el Renault Megane, alzándose en 2014 como el coche más vendido, aunque sobrevuela en parte la sombra de las automatriculaciones para terminar lo mejor posible el año.

Coche comprobado y afinado

Sin embargo el Megane presenta virtudes que justifican sus buenos resultados de ventas. Es cierto que el estilo es un poco soso, aunque también hay que decir que gracias a la nueva “cara” ha ganado en originalidad y diseño, algo de lo que antes la verdad carecía. Al interior no le podemos poner pegas. Bien dimensionado, con asientos muy cómodos y con un salpicadero agradable, el Renault Megane ha subido muchos enteros en lo que se refiere a calidad de acabados y presentación. En general no tiene nada que envidiar a ninguno de sus rivales directos. Nosotros cambiaríamos el interior del cuadro de instrumentos, pero eso la verdad es que son gustos. La consola central está muy bien resuelta, lo mismo que la pantalla central fija que se gobierna mediante un mando en la zona central entre asientos. Nada que objetar tampoco a su manejo, todo está a mano y es sencillo de utilizar.

Uno de los aspectos que más nos ha gustado han sido los asientos que tienen unos respaldos inmejorables, y una banqueta muy cómoda. Además están tapizados en una combinación bastante agradable de tejidos, con zonas de piel. Todo lo que haga referencia a la ergonomía y situación del conductor frente a los mandos nos parece inmejorable.

Las plazas traseras sin embargo son más corrientes y no pueden presumir de ser tan cómodas. Su maletero es correcto con 372 litros.

Excelente motor

De todas formas, y después de mencionar las excelencias del interior, debemos descubrirnos ante el comportamiento del motor. Estas nuevas generaciones de motores de poca cilindrada con turbocompresor que proporcionan potencias ya elevadas, como los 132 CV que se anuncian para este Megane, se comportan de maravilla. Vencieron las iniciales resistencias, después de hablar para este nivel de potencias de motores de como poco 1,6 litros. En concreto este 1,2 litros TCe tiene una zona baja que para si la quisieran algunos motores con mayor cilindrada. Además estiran muy bien, lo que unido a esta generosa zona de funcionamiento los convierten en mecánicas eficaces, fáciles de conducir y con muy bajos consumos. Los 5,4 litros suben hasta 6,3-6,5 lo que no está mal ya que nunca representan un coste elevado cuando circulamos por ciudad. A eso lógicamente se une el S&S, que como ya hemos comentado nos ha llamado la atención por su excelente comportamiento.

El motor está unido, o mejor trabaja con un bastidor al que nunca se la han podido poner pegas. Su ancho de vías generoso, su amplia distancia entre ejes y la buena elección de tarados y geometrías, le permiten una velocidad de paso por curva muy elevada, un enorme aplomo en terreno ondulado y además un confort de marca destacable. Seguramente lo mejor de este Megane se encuentra en su comportamiento y dinamismo.

El Renault Megane es un coche ya clásico y veterano. Sin embargo creemos que es la mejor generación que ha tenido el compacto de Renault desde hace mucho tiempo. Es sin duda el coche más importante de la marca en todos los mercados en los que compite y este modelo que hoy probamos se encuentra a la cabeza de su gama de gasolina, dejando fuera al elitista Sport de 265 CV.