Ir en busca de especies en extinción y recorrer regiones poco accesibles serán parte de la diversión del futuro aunque también lo más común será pasar las vacaciones en hoteles subacuáticos. En el futuro, el viajero del milenio (o TOM, por sus siglas en inglés) tendrá un asistente inteligente que planeará sus vacaciones: sabrá cuándo las necesita, diseñará presentaciones multimedia con los destinos y hará reservaciones en línea. En 2024, de acuerdo con el pronóstico “The Future of Travel”, lanzado por el buscador de viajes Skyscanner, el TOM se olvidará de rastrear las ofertas por su cuenta y tendrá en sus manos más tecnología para mejorar sus experiencias. La proyección está elaborada con base en estudios de expertos en turismo y los avances tecnológicos en desarrollo. Los aeropuertos estarán completamente automatizados, los viajeros emitirán sus propias etiquetas de equipaje y sedocumentarán a través de dispositivos móviles; en la salidas operará un sistema de inmigración biométrico que usará el reconocimiento facial.
Dentro de los aviones serán populares las luces que reduzcan el jetlag y la posibilidad de establecer comunicación a través de hologramas en 3D. De acuerdo con el estudio, para el TOM cada vez será más común pasar unas vacaciones en hoteles subacuáticos, hacer viajes interespaciales, ir en busca de especies en peligro de extinción, recorrer regiones no accesibles para todos y buscar experiencias locales. Las habitaciones de hotel hiper personalizadas, con paredes táctiles, almohadas que den masajes y entrenadores virtuales serán una constante en los paquetes. En conclusión, las travesías personalizadas y el uso de tecnología intuitiva no sólo es lo de hoy, de acuerdo con los expertos, seguirá siendo lo del mañana.
