Peugeot 308 5p Allure 1.6 e-HDI 115 CV

En el mercado español, la categoría del Peugeot 308 y justo la que le escolta por abajo son las que registran un mayor número de ventas. Casi en 60 por ciento de los compradores se deciden por un vehículo de este segmento. No es por lo tanto de extrañar que las marcas presten una enorme atención a estos modelos, ya que esta situación se da casi en toda Europa.

En el caso del Peugeot 308, la marca del León a afilado de forma muy notable los lápices del diseño, pero más aún se han esmerado los ingenieros para desarrollar un modelo del que debemos decir que es una apuesta muy seria y meditada.

Desde que tomamos el primero contacto nos damos cuenta en el exterior del cambio de esquemas, ya iniciado en otros modelos de la marca, pero que en este 308 llega al extremo. La carrocería, los detalles cromados, notables pero nada chocantes con nuestros gustos más austeros, la pintura nacarada opcional y sus proporciones nos seducen desde el primer momento.

Después cuando entramos en su interior seguramente se amplía esta sensación. Buenos materiales y acabados, por encima del normal de la categoría, que además en el caso de la unidad de pruebas, con todo el equipamiento disponible, incluido el cuero, subía el listón hasta los topes disponibles.

Mencionar que los asientos son muy cómodos y gracias a la excelente habitabilidad interior en todas las cotas, son lo suficientemente grandes para que se acomoden en ellos conductores y pasajeros de todas las tallas. Su maletero es correcto, no es el más grande, pero está muy bien dimensionado y, sobre todo, tiene unas proporciones muy regulares, lo que facilita su aprovechamiento.

Este excelente panorama mostrado antes de que empecemos a movernos, como ya hemos comentado, se completa con una dotación digna de un vehículo Premium. Es cierto que muchos de los elementos son opcionales, pero su disponibilidad nos da una muestra de que la marca no se ha andado por las ramas a la hora de apostar por este modelo.

Una vez que iniciamos la marca lo que más nos llama la atención son las dimensiones del volante, mucho más pequeñas de lo habitual, detalle que se está generalizando en los últimos representantes de la marca. Nos parece extraño, nos obliga a hacer un esfuerzo a la hora de colocarlo para que además de estar a nuestro gusto, nos permita ver la instrumentación, pero salvo esto, desde el punto de vista funcional no le ponemos pegas. Otro detalle significativo es que el cuentarrevoluciones la aguja trabaja de derecha a izquierda y no al contrario como es habitual. Ambos son detalles significativos pero a los que nos acostumbraremos.

Nos ha llamado la atención su excelente dinamismo. Es muy ágil, está encantado de rodar por carreteras de montaña, viradas y de orografía complicada, justo donde puede poner en valor su enorme agilidad. Frenos y dirección lo acompañan plenamente y el motor, que en algunas ocasiones se puede quedar algo justo, nos demuestra de una forma incluso sorprendente que pretende consumir lo menos posible. No hemos visto cifras por encima de los 5,2 litros, lo que es, a pesar de quedar por encima de las marcas homologadas, una cifra excelente si tenemos en cuenta que la prueba se ha realizado combinando lentos recorridos por ciudad por otros por autovía a 120 km/h de crucero.

Para terminar solo un inciso. Desde los 22.150 euros del acabado Allure, esta versión de pruebas subía su precio, por encima de los 27.000 euros debido al amplio equipamiento disponible, lo que para un compacto de marca generalista animado por un motor de 115 CV puede resultar elevado. Sin embargo, hay que decir en su descargo que, mientras que hay elementos de seguridad muy recomendables, hay otros puramente de lujo de los que puede perfectamente prescindirse.