Seat León ST 1.4 TSI Style

El Seat León ST es la última carrocería que la marca ha planteado sobre el León. Si analizamos el mercado, podríamos decir que el León es el coche de moda. Ha nacido con las mayores ambiciones, ya que esta nueva generación ofrece hasta tres diferentes carrocerías. La familiar ST nos parece la más apropiada en muchos sentidos.

De un lado no recorta la elegancia del modelo. Lo convierte en una versión muy práctica y, además, sus cualidades dinámicas se mantienen invariadas. Su interior está plenamente conseguido. El salpicadero es correcto, con excelentes ajustes y plásticos muy cuidados. Los asientos delanteros nos proporcionan buena sujeción, con gran confort. Esta últimos nos parecen insuperables. Se adaptan muy bien al cuerpo, sin que importe demasiado la talla o el peso y, en general, la disponibilidad de equipamiento, según versiones, está muy bien distribuida. Este acabado Style es generoso y sólo dispone por encima del más deportivo FR.

Si de algo puede presumir el León ST es de su enorme y marcada versatilidad, de su facilidad de acceso a la superficie de carga y del fácil cambio de la configuración interior desde atrás, que se realiza sin complicaciones. Si las virtudes como vehículo práctico están aseguradas, también llama la atención el estilo de la zaga, que se ha trabajado bastante,  siguiendo la tendencia actual de proporcionar a estas carrocerías buenas dosis de diseño. En el caso del León ST contribuye a marcar más su elegancia innata.

La versión probada iba animada por el motor sobrealimentado de 1,4 litros y 140 CV de potencia, unida a un cambio manual de 6 relaciones.  Nos ha parecido una combinación perfecta si no vamos a realizar una ingente cantidad de kilómetros al año, o simplemente queremos disfrutar de la suavidad y casi perfecta entrega de potencia de este propulsor. Sus  140 CV se muestran pletóricos. Le falta quizás un poco de par a bajas revoluciones, pero sólo si caemos en el error de dejar caer el motor en exceso y tratarlo como si de un motor diésel se tratará. Además sus consumos son muy bajos en cualquier situación. En carretera a cruceros normales, el consumo se queda en los seis litros, mientras que en ciudad es difícil verle superar los 7,5 litros, lo que nos da una idea de sus elevada eficiencia, incluso cuando queremos subir el crucero. Es, en este sentido, un motor de gasolina que se muestra muy equilibrado, sin enormes desajustes en el consumo cuando elevamos la velocidad.

El bastidor va también de maravilla, con un comportamiento muy ágil. Su dirección es un aliado especialmente eficaz, ya que se muestra muy sensible y fiel a los mandatos del volante. Por cierto, y aunque no lo comentamos habitualmente, el aro del volante está especialmente conseguido, cayendo entre las manos como un guante.

Tampoco importa el estado del asfalto, las calibradas suspensiones nos permiten pasar por encima de ellas sin que el volante nos muestre la más mínima contaminación. En general, es un coche muy eficaz, fácil de conducir y que utiliza o puede montar según versiones muchos de los más modernos elementos de seguridad que la nueva plataforma de Volkswagen ofrece.

El resto de los elementos que influyen el en comportamiento  contribuyen a que el resultado final sea especialmente satisfactorio. El cambio, con un funcionamiento suave y preciso o los frenos, que aguantes casi todo lo que se le eche.

Esta carrocería ST se postula como la versión más dotada de toda la gama, si lo que deseamos es el mismo comportamiento, pero añadiendo unas grandes dosis de funcionalidad. No resta atractivo estético, podemos llevar mucho equipaje: desde un mínimo de 587 litros hasta un máximo de 1.470, lo que no está nada mal y en el caso de este propulsor,  disfrutaremos de un vehículo con un enorme dinamismo pero que no nos exige grandes desembolsos en combustible. Próximamente este motor será sustituido por el de 150 CV con desconexión de cilindros.