Jeep Wrangler 2.8 CRD Rubicon 10th Anniversary Aut.

Enfrentarse a la prueba del Jeep Wrangler 2.8 CRD Rubicon debe hacerse adecuando notablemente  nuestros parámetros habituales. El Wrangler es un  coche especial, que debe juzgarse con criterios también especiales. No estamos hablando de un coche convencional, por lo que tampoco está pensado para usuarios convencionales. Hay que tener muy claro el concepto y, aún así asegurarnos que es el automóvil que deseamos. Con estas precauciones iniciales, el Wrangler sólo nos trasladará buenas sensaciones y le disculparemos su, digamos, marcada personalidad.

Esta punzante personalidad, sus planteamientos técnicos, su línea peculiar, el interior especial y su comportamiento, le colocan, como ya hemos dicho, en una situación muy concreta. No debemos equivocarnos por lo tanto  y juzgarlo como a cualquier otro vehículo, porque nos equivocaríamos, y no se pueden realizar comparaciones con los SUV de nueva hornada. Su estilo es siempre continuista e invariable con relación a anteriores generaciones, porque si cambiara,  dejaría de ser un auténtico Wrangler. Ya tuvieron problemas cuando cambiaron los faros redondos, y adoptaron otros cuadrados. Les llovieron las críticas.

Esta versión de dos puertas que hemos probado sique siendo útil para dos pasajeros, con los problemas de entrada y salida del vehículo que plantea,  o para cuatro, si los dos ocupantes de las plazas posteriores están en su mejor momento de forma. Por lo tanto, podemos decir que la estructura de este Wrangler está pensada para que pueden viajar dos ocupantes y, esporádicamente, llevamos a otros dos atrás.

Uno de los aspectos más interesantes de este modelo es que se puede eliminar el techo completamente y dispone de una especie de capota para cuando el tiempo no acompañe. Se puede convertir en un coche descapotable para la temporada estival, lo que le añade un enorme atractivo. Esta capota enrollable nos limita aún más la capacidad del maletero. Por lo tanto, podemos concluir diciendo que cuando el tiempo acompaña, podemos tener dos vehículos en uno, en el amplio sentido de la palabra, ya que incluso las puertas pueden llegar a desaparecer.

Estas marcadas cualidades o características particulares, después de haber tratado de situar al Wrangler en su posición exacta, empiezan a llenar el plato positivo de la balanza.

Fuera del asfalto, y más con esta versión especial Rubicón, nos encontramos ante un vehículo de enorme eficacia, de los que ya prácticamente no se fabrican, comparándolo sin tapujos con el afamado Land Rover Defender.  Sin embargo en asfalto el comportamiento viene condicionado por la forma como  trabajan las suspensiones.

Han mejorado muchísimo con relación a versiones anteriores. Es sin duda más confortable a nivel de comportamiento y más adecuado para largos desplazamientos. Sin embargo los movimientos parásitos de la carrocería, bastante reducidos ya como decimos, continúan estando presentes cuando pasamos sobre algún obstáculo, sin llegar a mostrar todavía una velocidad de paso por curva elevada, aunque si particularmente correcta para lo que estábamos acostumbrados.

Esta personalidad, que se da de bruces con cualquier convencionalismo, no ha impedido que este vehículo evolucione en el sentido más positivo del término.

Sin embargo queda otra cláusula que debe ser aceptada si queremos hacernos con sus servicios. El factor precio, que no resulta demasiado apetecible, incluso si estamos hablando de un vehículo tan personal, especializado  y poco comparable como el Jeep Wrangler Rubicon. Un desembolso de 42.650 euros no resulta nada accesible, y lo sitúa al lado de otros vehículos que sin ser tan carismáticos podrían cruzarse en nuestro camino.