Mazda es una marca muy especial. Creadora de modelos como el MX-5, ya mítico o capaz de impulsar nuevos conceptos, como la filosofía Kodo “alma en movimiento”.
Uno tiene la impresión que Mazda no está suficientemente valorada en nuestro mercado. Siempre que probamos una unidad de su gama nos sorprende, una virtud que no brindan muchos de sus competidores.
En el caso que nos ocupa, el Mazda 6, nos ha ocurrido lo mismo. En primer lugar por su diseño, que impacta. Aunque analizar la belleza es siempre subjetivo, en este caso nos atrevemos a pronunciarnos, ya que a nuestro juicio es una de las berlinas más atractivas del momento. Sus líneas fluidas conjugan en perfecta simbiosis el futuro con las bases tradicionales de un cuatro puertas. Se nota el aumento de cotas – ha crecido 11 cm- y la distancia es también superior. Ello redunda en un habitáculo más espacioso.
Su interior goza de un excelente equilibrio y ergonomía. Se percibe la tecnología y la calidad de materiales y acabados. El Mazda 6 está concebido para alojar a cuatro adultos y su maletero ofrece una capacidad de 489 litros, normal para su segmento. Los asientos del Mazda 6 son cómodos y envolventes y, a pesar de la pronunciada caída del techo, en las plazas posteriores no existen problemas de altura. También destaca el espacio reservado para las piernas. Otro de los aspectos a resaltar es la facilidad con la el conductor se acostumbra al entorno. Mandos y botones fáciles de manejar e información más que suficiente para controlar la marcha. Interactúa con el conductor facilitando datos sobre la presión de los neumáticos, control de estabilidad, alerta de carril, ángulos muertos, cambio de luces..
La gama de motores que pueden impulsar al Mazda 6 se combina con dos motores de gasolina “dos litros” de 145 y 192 CV y dos diésel de 150 y 175 CV. Las cuatro se benefician de la tecnología SKYACTIV que trabaja sobre la eficiencia energética.
En marcha, la versión diésel probada – la de 150 cv -, pone de manifiesto el gran trabajo realizado en cuanto a dinámica. Es un coche muy predecible de reacciones. El Mazda 6 no es un deportivo puro, ni falta que le hace en la actualidad, y sí apuesta por cierto aburguesamiento buscando más el confort de marcha. Por ello, el trabajo de las suspensiones combina a la perfección con el binomio seguridad/confort. En autopistas se planta en el asfalto con total aplomo y en las carreteras reviradas su paso por curva es elevado y honesto destacando la contribución de la dirección eléctrica, muy precisa.
En resumen, el Mazda 6 es un coche muy recomendable. Su precio, un “pelín” superior a la competencia, no es óbice para ser tenido como opción firme de compra.
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