El Qashqai se ha convertido en el  icono de la marca, por lo que desarrollar la segunda generación se convertía en una apuesta arriesgada. Se ha tenido que analizar a conciencia los aspectos generales del primer Qashqai, para solucionar errores y mejorar virtudes.

El nuevo Nissan Qashqai plantea un reto. Sustituir un vehículo de continuo éxito no es fácil, ya que  hasta el último momento,  el Nissan Qashqai ha superado las mejores expectativas de ventas, manteniendo una velocidad de crucero que ha reportado a Nissan unos excelentes resultados comerciales. 

A la marca no le duelen prendas en admitir que el Qashqai es el producto más importante que ha tenido la marca en los últimos 20 años. Han vendido desde 2007 1,5 millones de unidades en Europa y dos millones en todo el mundo, con una velocidad de crucero fijada en aproximadamente 100.000 unidades año y que desde el primer año se ha superado con más del doble desde 2009. Incluso en 2013 ha mantenido las cifras, aunque  el mercado ha pasado de dos o tres competidores  a tener actualmente nada menos que 14 rivales.

Para la segunda generación, no olvidemos que hace dos años tuvo un acertado restying y que ha recibido innovaciones tecnológicas y nuevos motores a lo largo de su vida, se han modificado las líneas. Las anteriores, excesivamente simples, no contribuían a que se comprara por si estilo. Se ha corregido ahora el tiro. De entrada el nuevo Qashqai crece 47 mm, llegando a los 4.377 mm de longitud. Es más ancho, 26 mm más, llegando a los 1.806 mm, y pierde 1,5 mm de altura. Por lo tanto, y aunque las variaciones parecen escasas, si han servido para que su línea parezca mucho más estilizada.

Su aspecto es mucho más moderno y dinámico, con el añadido de haber mejorado ligeramente la habitabilidad interior, con más espacio en la cota de altura y de piernas atrás en el habitáculo. Se ha buscado también una mayor versatilidad, con lo que la tapa del maletero se puede retirar y ocultar, o servir como práctico separador para la carga. Además, cuando plegamos los respaldos traseros se consigue una superficie de carga totalmente plana. Gracias a esta nueva línea, se ha mejorado la aerodinámica, lo que influye también en los consumos.

En este nuevo Qashqai la electrónica toma carta de naturaleza. Al margen de los elementos de seguridad clásicos y muy variados, ya que se podrá disponer del sistema que aparca solo, tanto en batería como en línea, el sistema de salida de carril, el monitor de ángulo muerto, el sistema de frenada automática, etc,etc, se ha desarrollado un sistema de vigilancia de los movimientos del bastidor, con un control activo de la carrocería, un control de trazada activo y el freno motor activo. Todos estos sistemas se adelantan a los problemas y actuando sobre los frenos, consiguen , por ejemplo, limitar los movimientos verticales de la carrocería al paso por badenes, prever un cambio indeseado de trazada, etc.

Nos ha gustado mucho la presentación interior. La marca nos anunció en la rueda de prensa que la intención había sido también la de elevar la imagen del vehículo, dotándola de mayores refinamientos , pero también utilizando materiales de mejor calidad, como lo demuestra el nuevo tacto del volante, los plásticos del salpicadero, o los atractivos tapizados. El confort de marcha ha mejorado en todo lo que afecta a la sonoridad, por lo que la calidad de rodaje es mucho más elevada.También la comunicación ha sido mejorada adoptando el sistema Nissan Connetc de nueva generación sobre una pantalla central de 7 pulgadas. En la zona central de la instrumentación también se coloca, esta como elemento de serie en toda la gama, una pantalla de 5 pulgadas que cubre tres campos de información, ya sea del vehículo, el ordenador de consumo o una pantalla de personalización de innumerables aspectos de confort, desde iluminación al esfuerzo sobre el volante.

Los motores previstos para el lanzamiento serán dos diésel, el ya conocido 1.6 de 130 CV y un nuevo 1.5 litros de 110. En gasolina se lanzan primero sólo un 1.2 de 115 CV.

La prueba la realizamos sobre el nuevo e innovador 1.5 de 110 CV que se nos ha mostrado como la motorización más interesante sin duda.Con unos consumos bastante ajustados, con sólo 3,8 litros de media a los 100 km, y acompañado del cambio manual de 6 relaciones, ofrece una excelente elasticidad y un comportamiento rutero que nos permite extraer buena parte de las virtudes del chasis, en el que que sorprende como se comporta el eje trasero, bastante sencillo pero muy eficaz en estas versiones de dos ruedas motrices sobre las que realizamos la prueba.

También cubrimos unas decenas de kilómetros con el 1.6 dCi de 130 CV, pero con el nuevo cambio automático CVT que la marca estrena con este vehículo y que ha sido desarrollado en Japón. Nos ha servido para cambiar un  poco nuestras convicciones no demasiado favorables a este tipo de transmisiones por el eficaz trabajo realizado para adecuar de una forma más directa las exigencias del acelerador con la respuesta del vehículo, y así eliminar  esos  momentos “vacios” en los que nosotros exigimos más rotundidad de reacciones, el motor sube de vueltas, pero en realidad el vehículo tiene un tiempo de respuesta a nuestras exigencias de potencia.

La verdad es que esa peculiaridad se ha eliminado prácticamente de raíz, y gracias a añadir un escalonamiento ficticio de la caja a siete etapas y a que la respuesta sea más rápida y a más bajas revoluciones, el funcionamiento de esta trasmisión nos ha sorprendido muy favorablemente. Por supuesto, se ofrecen versiones con tracción integral All Mode de la marca, pero únicamente para el motor dCi de 130 CV.

A continuación publicamos de nuevo los precios, sin promociones de ningún tipo. La pintura metalizada cuesta 450 o 468 euros según el impuesto de matriculación.