Nissan Micra 1.2 DIG-S 98 CV Tekna Premium ARP

El Nissan Micra 1.2 es una opción que dentro de su segmento parece que pasa desapercibida. Para hacerse un hueco en el mercado son necesarios una conjunción de detalles importantes. Primero, tener un buen producto. Después que el mercado tenga una percepción importante y por supuesto positiva. También que se vea en la calle y además que las campañas de comunicación sean frecuentes y permanentes en el tiempo.

Lo primero que debemos decir es que este Nissan Micra 1.2 está infravalorado por el mercado en nuestro país. Quizás no cumple algunos o varios de los aspectos que mencionábamos como fundamentales para tener éxito, pero lo que si podemos afirmar desde el principio es que no está en modo alguno justificado que, mientras que el líder de su segmento, el Seat Ibiza ha vendido 21.486 vehículos en España hasta finales de noviembre, y que otros dos rivales directos como el Corsa y el Clio superan los 18.000 coches, el Micra se queda en sólo 2.121 unidades vendidas.

Buenos argumentos

La realidad nos muestra que el Micra no consigue colocar un mayor número de unidades por falta de conocimiento de producto en un mercado en el que, si no te anuncias, no existes, pero no porque el Nissan Micra no sea un producto que no cumple. Bajo nuestra opinión cumple con nota. Es de esos vehículos que no acaba de entrar y después de conducirlo no nos explicamos el porqué.

Estilo, marca…, no somos capaces de encontrar el motivo real, pero no podemos decir nunca que se trate de un producto poco apropiado.

Su estilo puede ser discutible, pero encierra un habitáculo muy bien presentado, con calidad, espacio y en esta versión, muy bien equipado.

Hay que mencionar que lleva el paquete especial Agata Ruiz de la Prada, que se añade al máximo Teckna. El paquete se caracteriza por alfombrillas especiales, protectores de entrada y una maleta exclusiva con los colores de la afamada diseñadora, y tres corazones colocados en la carrocería, lo que lógicamente la dirige más a un público femenino. Cuesta 120 euros más, pero sin este acabado especial, por 16.250 euros nos ofrece incluso un excelente navegador.

El interior está pensado para proporcionar un buen espacio a los pasajeros. Destaca las excelentes plazas posteriores, con un espacio para las piernas de primera división, quizás un poco en detrimento de un maletero que anuncia 265 litros, pero en general, el Nissan Micra proporciona un rendimiento en lo relativo al espacio interior superlativo. Su presentación también añade calidad al conjunto. Buenos tapizados, buenos plásticos y mejores ajustes, a lo que hay que unir unas formas de asientos muy conseguidas, que proporcionan confort y sujeción.

Puestos en marcha debemos destacar  el comportamiento del motor, que nos parece uno de los mejores propulsores de tres cilindros del mercado, sino el mejor. Hay que mencionar que es de origen Renault, pero es lógico ya que Nissan forma parte con el constructor galo de una alianza que esta dando cada vez mejores frutos.

Gasta poco, a nosotros en toda condición no ha llegado a los 6 litros, vibra menos y su sonido está bastante limitado. Le falta quizás un poco de par, pero se suple con una buena elasticidad, ya que tiene valores muy cercanos al máximo a bajas revoluciones. El cambio de cinco marchases es muy suave de funcionamiento y los desarrollos de transmisión están bastante bien elegidos.

Solo criticar la posición de los mandos del ordenador de a bordo, algo escondido tras el volante y la ausencia de aislamiento en los pasos de rueda, el peso manda, lo que provoca que cuando llueve el sonido que nos llega del roce del agua en la chapa sea notable. También el precio pude resultar algo elevado, pero hay que tener en cuenta el equipamiento de serie y que existen otras versiones más económicas con este mismo propulsor, que es sin duda lo más notable del modelo.

En general, el comportamiento del Nissan Micra proporciona unos elevados niveles de seguridad, lo que unido al mencionado motor, a los acabados y a su nivel de equipamiento, le convierten en un excelente vehículo utilitario, al que no le duelen prendas cuando se ve frente a recorridos extensos por carretera.