Acaba de nacer la bodega Valdemonjas Viñedos y Vinos, una iniciativa familiar, que surge de la evolución de las ideas y conceptos madurados, adquiridos en proyectos anteriores como Abadía Retuerta, Pagos del Infante y Lynus Viñedos y Bodegas. El punto de partida es el terruño, con una situación privilegiada en la Ribera de Duero, que junto a sus viñedos de tinto fino y clima extremo de la región, conforman un conjunto singular e inimitable.
El Pago de Valdemonjas está ubicado en un pequeño barco, vecino natural del viñedo de Vega Sicilia, totalmente aislado por las laderas de la segunda terraza del Duero. Los suelos, formados por los arrastres de los cantiles circundantes, son extraordinariamente heterogéneos. Esto, unido a desniveles y exposiciones (levante, poniente), produce terruños muy específicos: El Balcón, Platea, Palco, Anfiteatro, Gallinero, etc. El respeto, la protección y el amor a la tradición y al terruño de Valdemonjas, Viñedos y Vinos conllevan una viticultura paciente y sostenible – ecológica, por el trabajo respetuoso con la planta y su terruño. Asimismo, el proyecto del diseño de la bodega se basa en la sostenibilidad y en aprovechamiento de los agentes naturales para el propio beneficio de la viña y de su vino.
Según Alejandro Moyano, cofundador de Valdemonjas, Viñedo y Vinos, “el año 2013 viene privilegiado para la fase de la maduración de las pepitas, de vital importancia para vinos con estructura, de ahí́ el adelantamiento de las labores que hemos realizado. Buscando acelerar este proceso y controlando la homogeneidad de las plantas dentro de los terruños”. De este modo, el conocimiento del medio, el mimo y la precisión llevan a la producción de vinos peculiares.
Además, el conocido enólogo italiano Luca D’Attoma es uno de los colaboradores de Valdemonjas, Viñedos y Vinos. “Me dejo llevar por la pasión por el vino, para ampliar constantemente mis conocimientos y horizontes y experimentar con técnicas no convencionales. Determinación, búsqueda de la perfección y la humildad, junto con la creatividad y la intuición, son los pilares de mi vida profesional y la clave para el logro de cualquier objetivo”, aseguró el prestigioso gurú del vino.
Sus vinos, de producción limitada, se caracterizan por su personalidad y exclusividad. “El primer beso”, “Entre palabras”, “Los tres dones” y “Abrí las alas”, sugerentes nombres para unos vinos que saben contentar a todo el que ansía algo diferente y único.
“El primer beso”, de los parajes más frescos y vigorosos de Valdemonjas (Patio, Gallinero) proceden estas uvas frescas vendimiadas en temprana edad, de madrugada para mantener turgencia y frescor. Vino tinto obtenido de mostos de colores vivos, alegres y desenfadados. Fermentaciones sutiles, fugaces a la vez que francas e intensas dan lugar a un vino osado, sensual de aromas y sensaciones como ese primer beso.
“Entre palabras”, del hondo sentir de la finca de Valdemonjas (Anfiteatro, Palco, Galería, Tribuna) proceden estas uvas seleccionadas delicadas, de temprana madurez. Son vinos obtenidos tras reposadas fermentaciones. Afinados 10/12 meses en sintonía con las maderas de robles de las mejores procedencias. Una combinación de sabiduría, tradición, respeto a los orígenes y una pizca de rebeldía. Vinos hechos para compartir, para acompañar esos momentos sin prisas entre amigos, donde el tiempo deja de contar. Este primer vino en el mercado consiguió una medalla en la XV edición nacional y VII internacional de los “Premios Zarcillo” recientemente celebrados en Valladolid.
“Los tres dones”, vino de refinada elegancia, potencia y complejidad. Uvas intensas procedentes de las laderas privilegiadas de la finca de Valdemonjas (Balcón, Platea y Butaca); frutos concentrados y explosivos microfermentados y macerados en barricas de 500 litros con maduraciones intensas y equilibradas. Vinos estructurados pero amables, de carácter, sigilosamente arropados y educados de 12 a 14 meses en los mejores robles franceses, con pinceladas de maderas húngaras.
“Abrí las alas”, fruto de la pasión y de los sueños que solo comprenden quienes los viven, es la joya de la corona de este proyecto. Uva resultante de una viticultura respetuosa y sostenible – de cultivo tradicional. Viñas de Tinto fino, poblacionales, donde cada planta es hermana y diferente a su vecina, sexagenarias bien adaptadas a los rigores de nuestro clima, forjadas por el tiempo, de escasos frutos, equilibrados, concentrados, complejos, únicos e irrepetibles; dan al vino un carácter personal y exclusivo, hecho para compartir. Nace con la voluntad de poner en valor y compartir este patrimonio vitivinícola excepcional.
