La Comunidad de Madrid ya dispone, como otras varias en toda España, de las llamadas Rutas del Vino, impulsadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que abarcan un total de 21 bodegas de Madrid que abren sus puertas al público para conocer la excelencias del vino de la región.
Aunque históricamente la región ha tenido poca y muy dispersa producción, en los últimos años ha experimentado “un cambio radical”, según el consejero de Medio Ambiente, Borja Sarasola, que se ha involucrado muy de cerca en el proyecto. “La transformación ha sido tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. En 1990 Madrid contaba con tres bodegas, hoy con 45 con D.O. Madrid. Además, en la última edición de los Premios Bacchus, Madrid obtuvo 13 galardones y fue la sexta de 66 denominaciones de origen”, apunta. Los datos son contundentes: en la actualidad Madrid dispone de 12.000 hectáreas de producción y produce 3,5 millones de litros al año. Las ventas anuales superan ya los 30 millones deeuros. El 23% se destinó a la exportación, principalmente a Estados Unidos,China, Alemania y Japón por un valor de 1.550.694.
Los datos y la progresión son muy buenos, si bien el mercado nacional no está consolidado, ya que siempre tira antes hacia los Rioja y los Ribera. Con el objetivo de potenciar nuestra el regional, de darlo a conocer como hacen sus competidores, han nacido “Las rutas del vino”. “Los madrileños podrán conocer las bodegas por dentro, disfrutar su vino, y todo lo que le rodea, porque el vino, además, es un elemento dinamizador para conocer la gastronomía y el patrimonio cultural en este entorno tan extraordinario que tenemos en Madrid”, señala Sarasola.
