Prueba Fiat 500 L 16v Multijet II 85 CV S&S

Su denominación puede llamar a errores. A pesar de mantener las siglas 500, no tiene nada que ver con el brillante coche ciudadano de Fiat. El Fiat 500 L es un coche mucho más grande, más práctico y con una filosofía de utilización completamente apuesta a la del diminuto Fiat 500.

El 500 es un vehículo para pequeños desplazamientos. Fácil de aparcar y con una limitada habitabilidad y mucho menos maletero. El 500 L mide 4,14 m de longitud, es perfecto para grandes viajeros y ofrece una habitabilidad y un maletero de generosas dimensiones.

El estilo del Fiat 500 L es, como podemos comprobar en las fotos, bastante especial. Su frontal recuerda, aunque muy de lejos, al del 500, pero este es el único aspecto que tiene una identidad reseñable, aunque su filosofía también incluye enormes posibilidades de personalización, combinar diferentes colores de techo, tonos de carrocería, presentación interna y los lógicos y buscados paquetes opcionales de equipamiento.

Estética peculiar que gusta

Su estética destaca. Es un coche monovolumen, porque eso es lo que es al fin y al cabo, pero con mucho carisma y personalidad, pero también se muestra como un vehículo eminentemente práctico. No tiene asientos independientes. La banqueta  trasera es convencional, y está dividida en dos partes, con el 40 y el 60 por ciento de sus dimensiones respectivamente. Sin embargo, es bastante modulable, ya que podemos desplazar el asiento trasero al completo o por sectores hacia delante. De esta forma se prima el espacio para las plazas posteriores, con una enorme distancia entre la banqueta y el respaldo delantero, o se puede aumentar por el contrario la capacidad del maletero.

También podemos plegar la banqueta, lo que resulta una maniobra muy sencilla. Se reclina el respaldo y se recoge la banqueta. En esta posición ocupa bastante espacio, pero ha sido elegida esta forma de retirarse para cuando se ofrezca la versión de 7 plazas que esta al llegar y tengamos que pasar a la tercera fila de asientos. Su maletero de 400 litros básicos es bastante generoso y perfecto para el equipaje normal de cuatro adultos.

Si la habitabilidad no es un problema en el Fiat 500L, justo todo lo contrario, tampoco lo es el confort de marcha en todos los sentidos. La versión probada con el motor diésel de 85 CV, ni vibra ni suena, y los tarados de suspensión nos tratan con especial cuidado.

El interior es coqueto, moderno y muy funcional. Es cierto que puede catalogarse de ajustado – por ejemplo no lleva climatizador- pero su precio, del que luego hablaremos un poco más, nos parece especialmente compensado.

Para el interior, del que ya hemos comentado nos parece muy bien presentado, sólo una crítica. Los tejidos empleados en la tapicería de los asientos no nos resultan ni suaves ni excesivamente transpirables. La técnica de los asientos preconformados, que no están tapizados, ya que el tejido esta prácticamente soldado al mullido, no proporciona los resultados apetecidos.

Bajos consumos y agradable  utilización

Sin embargo el Fiat 500 L probado, con el motor de 85 CV, ofrece todos los elementos dinámicos necesarios para poderlo considerar como un vehículo especialmente dotado y recomendable. El motor, primero, no consume mucho, más bien todo lo contrario, ya que la cifra final se ha situado en los 5,4 litros, lo que no está nada mal. Pero además, el propulsor presenta una elasticidad y una capacidad de subir de vueltas muy mencionable, lo que se traduce en una excelente prestación y sobre todo, en una enorme capacidad de subir de vueltas de una forma muy rápida, lo que al final se traduce en la posibilidad de mantener  muy buenos cruceros. Al llegar rápidamente a un buen crucero, nos obliga a estar muy pendientes de la velocidad a la que circulamos por los alrededores de las grandes ciudades y sus vías de circunvalación o en las propias calles.

El Fiat 500 L es, primero, un coche de original aspecto, que combina un estilo muy personal con una marcada funcionalidad. No está exento en modo alguno de la capacidad de viajar de forma rápida y confortable, y su precio, si analizamos el de esta versión, es muy competitivo. Por 14.000 euros con todos los descuentos tendremos un coche bien equipado y perfectamente adaptado a múltiples necesidades de utilización y, además, muy agradable de conducir. Sólo falta que elijamos los colores y demás elementos de personalización, para conseguir un coche casi único, lo que ahora se sabe que está muy a la moda.