Compañías privadas podrán prestarservicios ferroviarios en España a partir del 31 de julio de 2013, cuando Renfe pierda el monopolio que ha tenido hasta ahora. Los primeros trenes que conocerán la libre competencia serán los turísticos heredados de la extintaFEVE. El Transcantábrico, el Al Andalus y el Expreso de la Robla serán así los primeros en ser liberalizados.
La liberalización ferroviaria se extenderá paulatinamente a otros servicios, como los comerciales (el AVE Larga Distancia) y los de carácter de servicio público (Regionales y Cercanías), según la medida que ha sido aprobada recientemente por el Consejo de Ministros. Sin embargo, parece que la liberalización de AVE será algo más descafeinada, vistas las importantes muestras de interés que se han producido desde que se anunció el proceso de apertura a operadores privados, lo que ha puesto en alerta al Gobierno. Sobre todo por el interés de los grandes operadores públicos de Francia y Alemania que al mismo tiempo se niegan a conceder la reciprocidad a la hora de permitir a Renfe operar en sus territorios. También nace la norma con la intención de modular proceso de entrada de competidores y dar algo más de margen a Renfe, en pleno proceso de transformación, para que afile sus armas y pueda defender su posición. De momento la operadora ha puesto en marcha un sistema de precios más agresivo y quiere experimentar con él para intentar llenar los trenes.
Según las últimas reacciones, se pone en marcha una liberalización más tutelada, por la que el Estado se reserva la última palabra para permitir a los aspirantes circular por las líneas del AVE y hacerle la competencia a Renfe.
La tercera fase de la apertura a la competencia afectará a los servicios ferroviarios públicos y se abordará mediante la cesión a empresas privadas, a través de contratos de concesión, de la explotación de conexiones ferroviarias de Regionales o Cercanías. Con estas medidas, el Gobierno pretende “sentar las bases para hacer realidad la liberalización del transporte ferroviario de viajeros, con el fin último deaumentar la competencia y, en último término mejorar el servicio y reducir su precio” para los 50 millones de usuarios que anualmente viajan en tren.
