Prueba Mazda CX-5 2.2 150 CV 2WD Style

Mazda ha estado ofreciendo hasta ahora en Europa SUV o todo caminos más pensados para el mercado americano. El CX-7 ha sido un ejemplo, aunque se ha tratado de adecuar, ofreciendo incluso un motor diésel. El CX-9 forma parte también de la gama, se sitúa por encima del CX-7 y no se ha considerado ofrecerlo en el Viejo Continente.

Sin embargo, el mercado europeo pesa mucho en las decisiones que al final definen la gama del fabricante japonés. Por este motivo se ha desarrollado un SUV prácticamente a la medida de este importante mercado, que tiene unos gustos y necesidades muy específicos, como resultado de una enorme cultura automovilística.

El CX-5, como hemos ya adelantado, responde claramente a estas obligaciones. Su tamaño, con 4,555 mm de longitud. La especial elección de tarados de suspensión, más rígidos, pero nada incómodos por cierto, pero sin embargo más indicados para trazados sinuosos  y, por último, la necesidad perentoria de cumplir con unos niveles de consumo cada vez más reducidos, han obligado a la marca a pensar en los motores diésel como parte fundamental en los que apoyar adecuadamente la gama del nuevo CX-5.

El CX-5 cumple con enorme brillantez todas estas necesidades prioritarias. Primero, es un vehículo muy atractivo sin duda. Gusta a la gente por su especial frontal, pero también por un perfil muy conseguido y una zaga, que aunque no es tan brillante, no produce ningún tipo de rechazo. Además de esta cualidad, el Mazda CX-5 tiene un buen tamaño exterior, sin ser descomunal, lo que se traduce en un buena habitabilidad.

No es pequeño, ya que 4,56 m de longitud está bastante lejos, por ejemplo, de las medidas del SUV compacto por excelencia, el Nissan Qashqai, que sólo llega a los 4,33 m de longitud. El Mazda CX-5 está más cerca del Honda CR-V, con 4,57 m , que es otra referencia del segmento,  o del nuevo Ford Kuga, con 4,52. Como resumen, podemos decir que es uno de los SUV más grandes de su categoría. Si la habitabilidad es muy buena, lo es también el maletero, con 503 litros de capacidad y sus enormes posibilidades de adaptación.

Su interior está bien resuelto en líneas generales, aunque sin mucha imaginación por cierto. Esta muy bien ejecutado, pero los plásticos duros disminuyen un poco la imagen conseguida por el resto del coche. La postura de conducción resulta algo difícil de conseguir. Está más pensado para gente alta que para el percentil nacional. Pero lo que más criticamos es la posición relativa del volante, un poco inclinado hacia la izquierda, los pedales y la situación del respaldo.

Versión de dos ruedas motrices

La versión probada ha sido el dos ruedas motrices, unido al explosivo motor de 2,2 litros y 150 CV de potencia, con caja de cambios manual de 6 relaciones. Pensamos que es el que mejor cumple el compromiso entre lo que anda y los litros de gasóleo que necesita. Esta ecuación que planteamos se soluciona de una forma especialmente brillante. Nos parece un excelente viajero, con un motor que es sobre todo elástico y muy agradable de utilizar. Si circulamos tranquilos, no hace falta utilizar el cambio de marchas con mucha frecuencia, y si quedemos ir deprisa, el motor nos lo permite pero los consumos se encuentran perfectamente sujetos.  El CX-5 2.2 150 CV lleva de serie el sistema Start y Stop que no tiene un funcionamiento demasiado suave.

A su comportamiento general tampoco se le pueden poner pegas.  Su balanceo está bastante controlado, frena muy bien, con potencia y es muy fácil de dosificar, y además resulta muy ágil cuando queremos ir deprisa por zona de curvas, sin que este reñido con los cambios de apoyo violentos.

Si nos gusta la forma de andar del Mazda CX-5 y su comportamiento, consumir alrededor de 6 litros en toda situación nos ha parecido que hay que mencionarlo como una de sus principales virtudes. Hay que matizar, porque es importante, que la unidad de pruebas solo llevaba tracción en las ruedas delanteras, lo que ayuda a rebajar ligeramente los consumos.

En definitiva, la apuesta de Mazda por el mercado europeo con el CX-5 en el segmento de los SUV compactos, está muy bien fundada y mejor apoyada por el producto. El CX-5 es atractivo, tiene buena presencia externa y capacidad interior. Se anima mediante un motor de primera categoría por su elasticidad y calidad en la entrega de potencia, amén de unos consumos bastante reducidos y presenta un comportamiento dinámico sin tachas. Su precio de salida es de 29.990 euros, con los extras del Pack Safety más navegador por 2.500 euros y la pintura metalizada, el azul característico de la marca, por otros 500 euros adicionales.

FICHA TECNICA
Nº Cilindros: 4 en línea
Cilindrada: 2.184 cm3
Tipo de combustible: Gasóleo
Potencia: 150 CV a 4.500 rpm
Par máximo: 380 Nm de 1.800 a 4.500 rpm
Cambio: Manual de 6 relaciones con 2WD
Neumáticos : 225/65 R 17
Carrocería
Nº de plazas: 5
Peso en vacío: 1.520 kg
Depósito de combustible: 58 litros
Dimensiones
Largo/Ancho/Alto: 4.555/1.840/1.710 mm
Vía delantera/trasera: 1.585/1.590 mm
Distancia entre ejes: 2.700 mm
Capacidad del maletero: 503 dm3
Prestaciones
Velocidad máxima: 202 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,2 s
Consumos Urbano/Extraurbano/Mixto: 5,4/4,1/4,6  l/100 km
Emisiones de CO2: 119 gr/km
PRECIO: 26.990 euros

 

 

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Francis

Autor: Francis

Periodista especializado en temas del motor. Novedades, tecnología, seguridad vial y pruebas de nuevos modelos.

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