Tras varios intentos fallidos, los consejos de administración de US Airways y American Airlines (AA) acaban de aprobar la fusión de ambas compañías para crear la mayor compañía aérea del mundo, quitando el liderazgo a las también estadounidenses United –resultante de la fusión United Airlines y Continental- y a Delta. -que integró a Delta Airlines y Northwest Airlines-. La nueva aerolínea mantendrá el nombre de American Airlines -según analistas, la marca más fuerte y de mayor posicionamiento internacional- y su sede en Fort Worth, Texas -base principal de AA-. El visto bueno definitivo lo dará el gobierno de Barack Obama.
La nueva compañía resultante tendrá una plantilla de 94.000 empleados, una flota de 950 aviones, 6.500 vuelos diarios desde nueve aeropuertos centrales y una facturación de casi 39.000 millones de dólares. Transportará a 110 millones de pasajeros al año. El capital nominal de la nueva corporación aérea superará los 10.000 millones de dólares, con un valor cercano a 11.000 millones, según las mismas fuentes, que añaden que la nueva junta directivacontará con doce directores. Al frente estará el consejero delegado de US Airways, Doug Parker, mientras que el de American Airlines, Tom Horton, pasará a ocupar la posición de presidente no ejecutivo del consejo de administración, según indican medios estadounidenses. La nueva AA permanecerá previsiblemente en la alianza Oneworld, donde también está Iberia, por lo que US Airways dejaría Star Alliance.
El acuerdo de fusión deberá ser ratificado por el Tribunal de Quiebras de Nueva York, donde se lleva el proceso de reestructuración financiera de American y aprobado por los órganos regulatorios de la competencia y antimonopolio del Departamento de Justicia. The New York Times ha avanzado que la fusión contará con la aprobación de las autoridades dado que la mayoría de sus bases operativas se ubican en aeropuertos distintos, por lo que sus rutas no sirven a los mismo mercados.
