Placeres con otro ritmo
Esta región que se encuentra al sur del Tajo, de ahí su nombre, es la imagen de ese otro Portugal que se resiste a desaparecer devorado por el progreso y la modernidad. Su atmósfera sigue siendo tradicional, tranquila, al margen de otras visiones más cosmopolitas y renovadoras que hay en el país.
El paisaje alentejano nos muestra sus tierras salvajes, preñadas de colores que parecen formar un maravilloso puzzle. Las encinas, los alcornocales y los olivos salpican las tierras rojas de esta zona, sobre la que destacan pintorescos pueblos como Monsaraz.
Algunos llenarán el maletero de algunas cajas de aceite de Moura, de envidiable calidad y otros dejaran algo de sitio para los vinos de Borba, con su famosa cooperativa. De camino a Évora por la N-256 pasamos por bellísimos paisajes y vemos caballos que corren en libertad.
Évora guarda un cierto aire de capitalidad. Declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad, es un sitio perfecto para hacer una parada y perderse entre sus tortuosas y estrechas calles, que están rodeadas por murallas medievales. El símbolo de la ciudad es su Templo de Diana, del siglo II, uno de los templos romanos mejor conservados de Europa.
El Alentejo ha sido de siempre tierra de guerreros y batallas. Lo dicen los castillos que coronan sus colinas y cada rincón de sus pueblos austeros y no por ello menos hermosos. Ahora se ha apostado por la renovación de numerosos sitios históricos y su utilización como reclamo turístico.
Donde dormir
Pousada de Loios. Largo Conde Vila – Flor. Evora. Tlf.: +351 266 730 070. La posada está instalada frente a uno de los más famosos templos romanos del mundo, el dedicado a Diana en Evora. Varios reyes, entre ellos Juan II, Juan IV y Juan V, fueron huéspedes de este convento de traza manuelina. Dispone de 31 habitaciones y 2 suites perfectamente equipadas para el descanso del viajero. Precio habitación doble desde 190 €. Escapada dos noches desde 130 € por habitación/ noche.
