Volkswagen Jetta Advance 1.4 TSI 122 CV

La persistencia de la crisis está variando en cierta medida algunos criterios de compra. La bajada de categoría en un hecho en todos los segmentos. Cada vez son más los compactos y utilitarios que se entregan, creciendo con decisión la penetración de estos segmentos en el computo total de las ventas, pero desgraciadamente sólo en tantos por ciento totales, sin aumentar el número de vehículos vendidos.

Así, de los cuatro primeros segmentos, las berlinas medias han sido las que más han evolucionado a la baja, y los compactos y utilitarios los que menos han caído. Es este sentido, los derivados de tres volúmenes de los compactos convencionales, son de los modelos que seguramente tienen más que decir. En el caso de este Jetta, la pérdida de poder y capacidades frente a un Passat es notable, pero no significa que la diferencia sea inasumible.

Estéticamente es bastante diferente al Golf, no sólo por la presencia de un claro y abultado tercer volumen posterior. Incluso el frontal ha sido desprovisto de toda deportividad, de la deportividad que muestra un Golf por ejemplo, y se le ha transmitido una mayor elegancia, con distintos grupos ópticos y un estilo más en la línea del nuevo Passat.

Su faceta practica y funcional tampoco le diferencia mucho de la tradicional berlina media de Volkswagen.  El Jetta mide 4.64 m de longitud, con un excelente maletero de 510 litros. Crece de forma considerable desde los 4,20 m de longitud de un Golf y desde sus 350 litros de maletero. Pero no se queda excesivamente lejos de los 4,77 m del Passat, que presume de tener un maletero de 565 litros. Como vemos, está claro de cual se encuentra más cerca.

Toda la presencia de Volkswagen, y también sus buenos acabados

El Jetta, que está bastante pensado para el mercado americano, no puede dejar de parecer un Volkswagen. Es básicamente un Golf por tamaño y aspecto. Las plazas delanteras son excelentes, con unos asientos básicos y sencillos en las formas, pero muy cómodos y mejor resueltos. Los perfilados laterales del respaldo nos sujetan al asiento de forma muy constante y convincente, para compensar el aumento de balanceo que tiene este modelo con relación a los Golf que hemos probado.

La ergonomía es uno de sus activos, y  si hablamos de habitabilidad interior, tenemos que descubrirnos ante las dimensiones de la banqueta posterior, en lo que se refiere a distancia para las piernas, dignas casi de un jugador de baloncesto y muy generosas para su categoría. El maletero, con 510 litros también nos permitirá viajar con todo lo necesario.

La versión  probada iba animada por el motor de 1,4 litros y 122 CV que se nos han mostrado como ligeramente justos. Es cierto que un motor de 1,4 litros, con 200 Nm de par, lo que no está mal, si tiene que tirar de los 1.342 kg de peso del vehículo, y sobre todo, con las posibilidades que ofrece para viajar cargado, no nos parece una potencia de sobra. Las condiciones básicas de funcionamiento del motor nos obligan a exprimir las marchas si queremos sacarle el máximo partido, más si vamos cargados, o para realizar las maniobras con un mínimo de garantías, lo que además se traduce en un incremento  de los consumos, que suben con regularidad hasta los 7,5 litros.

El Jetta va más blando de suspensiones que el Golf, por ejemplo, es más confortable, y más apropiado para  viajar con la familia. Tiene un balanceo más acusado, pero nunca molesto, y frenos y sistemas de seguridad son muy eficientes los primeros y de generosa presencia los segundos.

En resumen, el Jetta es una muy buena opción si deseamos tener un vehículo viajero. No es excesivamente barato, pero su contenido le pone perfectamente a salvo de duras críticas, aunque hay que tener en cuenta que pagaremos por él más que por otro de los rivales de marcas generalistas, incluso aunque tengan motores más potentes. De todas formas, y concluyendo en que el Jetta nos ha gustado, quizás sea mejor dirigirse a versiones con el eficiente y comprobado motor TDI de 140 CV.