Subaru Trezia Limited 1.4

Los acuerdos entre las marcas son constantes y variados, las japonesas son especialmente activas en esto. Por esto, Subaru ofrece en algunos mercados modelos de Toyota, para cubrir huecos con inversiones y riesgos más asumibles. El Trezia es un ejemplo de estas sinergias, en este caso como hemos visto, entre Subaru y el gigante Toyota.

A caballo entre lo que podríamos definir como un monovolumen tradicional y un  coche familiar, el Trezia es ligeramente más bajo que los primeros, pero casi igual de práctico, y más cómodo de conducir que los segundos, por la mayor altura del puesto de conducción. Estéticamente es un genuino representante de Toyota, lo que es positivo por su discreción, pero no excesivamente brillante por la obviedad del diseño. Juzgar el estilo lo dejamos al criterio de cada uno. Sin embargo, el juicio final del interior nos parece que debe ser muy positivo.

El Subaru Trezia está muy bien resuelto de puertas para adentro. Tiene calidad, buenos acabados, mejores materiales, líneas agradables, y resulta bastante práctico y versátil. La postura de conducción es también muy buena en todos los sentidos. Entrar y salir de él es una maniobra que se realiza sin trabajo, a pesar de que no seamos jóvenes y agiles. Una vez en marcha, la visibilidad es optima en todas las direcciones. Las plazas traseras están bien resueltas, nos permitirán largas estancias, aunque los respaldos podrían haber sido algo más mullidos y menos planos.

Mecánica convencional, pero excelentes resultados

Técnicamente el Trezia es bastante convencional. Una plataforma clásica, a nivel de suspensiones y organización mecánica, con un cambio manual de 6 relaciones – se ofrece una caja automática con el mismo número de marchas- y un eficiente motor diesel de 1,6 litros y 90 CV de potencia, que además de su buen funcionamiento general, proporciona unos buenos consumos.

De su comportamiento tampoco podemos decir nada criticable. Peca de marcas un poco el tren delantero. Ese comportamiento, que prima el deslizamiento del tren delantero antes que el posterior, lo agradecemos más por su efecto securizante, que como un defecto a corregir. Tampoco es un coche para explorar sus límites. Los frenos por otro lado son uno de sus mejores activos y si nos centramos en sus prestaciones, los resultados y las cifras son bastante correctas y defendibles, incluso si como se espera, el Subaru Trezia viaje más cargado que el resto de vehículos.

Subaru cubre en España un hueco por debajo de su gama convencional, que como todos sabemos tiene el motor bóxer y la tracción integral como sus estandartes, aunque no se plantee números de ventas demasiado elevados a final de año. Su corrección es de libro, aunque podría adaptarse ligeramente Un precio un poco más competitivo -a pesar de que su equipamiento es bastante generoso- que lo separase de sus rivales tradicionales, mucho más conocidos y también buscados sería de ayuda para introducirlo como se merece. Sobre el precio PVP, la marca ha establecido un descuento de 1.500 euros, con lo que al final éste se queda en 18.000 euros justos.