Volkswagen UP! B&W 1.0 75 CV 3p

Las dificultades económicas primero, y las necesidades medioambientales después, están propiciando que categorías antes un poco abandonadas, estén despertando ahora un mayor interés entre los usuarios y, como consecuencia, también una mayor dedicación de las marcas que emplean más medios a su desarrollo al ver mayor negocio.

La categoría en la que se mueve el Volkswagen UP! ha sido un segmento poco validado por el gran público. Ahora los departamentos de marketing de las marcas aseguran que en los próximos años va a duplicar las ventas y  también el peso del segmento en los porcentajes totales. Junto con los modelos utilitarios, se van a convertir en un trozo del pastel mucho más a tener en cuenta.

En un momento en el que los coches eléctricos están dando mucho que hablar, quizás demasiado, ya que sus ventas se mantienen muy lejos de cifras dignas de ser interesantes, coches como el Volkwagen UP! se convierten en la mejor opción para solucionar los problemas de movilidad en las ciudades y alrededores, y todo también  con un excelente comportamiento ecológico.

Si teníamos alguna duda, convivir con el UP! durante unos días ha sido la mejor actividad para disiparlas. Bueno será hablar un poco de su tecnología. El Volkswagen UP! es un coche muy sencillo en sus planteamientos básicos. Ha buscado primero ser especialmente ligero. 854 kg, que serán algunos más en esta versión especial White,  puede considerarse a estas alturas un peso bastante contenido. Después, y aprovechando la experiencia de la marca en motores de tres cilindros, ha desarrollado un nuevo propulsor que la unidad de pruebas utilizaba en su versión de 75 CV, y que nos ha llamado poderosamente la atención por sus recortados consumos y sus buenas prestaciones. Nunca hemos superado los 5,1 litros de consumo cuando se anuncian unas cifras de 5,9 para ciudad, 4,0 litros para carretera y 4,7 de consumo medio final. En muchas ocasiones hemos conseguido 4,4 litros, con la condición de no estar mucho en ciudad. Ver los 4,3 litros no ha sido ni mucho menos un espejismo poco corriente.

Además, la sorpresa nos ha venido por partida doble. Ya habíamos tenido la oportunidad de probar este modelo en la presentación internacional celebrada en Roma, pero ahora, dedicándole bastante más tiempo y en una unidad con más kilómetros a sus espaldas, la verdad es que os ha encantado.

Exterior de la marca

Por fuera resulta original, sobre todo en su frontal y suena raro, incluso diríamos que suena feo, si fuera acertado aplicar este adjetivo al sonido, pero dentro del coche no se oye mucho y tampoco vibra, lo que es una enorme ventaja frente a los anteriores  motores de tres cilindros de la marca e incluso de la competencia, y que ahora van montados en representantes de Citroën, Peugeot o Toyota, por dar algunas pistas.

Si los consumos son especialmente brillantes, lo que como consecuencia nos lleva a pensar en la escasa idoneidad de los vehículos eléctricos en la actualidad, su comportamiento y agilidad nos parecen también estupendos. Es ágil, se mueve muy bien con este motor, y el crucero por carretera es más que defendible. No es imposible mantener los 140-150 km/h en toda situación cuando se circula por vías de doble carril, lo que significa que a los 120 km/h reglamentarios, circulamos con una buena reserva de aceleración.

Es además muy fácil de conducir, intuitivo y seguro, trasladándonos la dirección muy buenas sensaciones, quizás por  tratarse de un sistema electrohidráulico. Sólo tenemos que criticar y con algo de rotundidad, los tarados de suspensión, lo que se traduce en reacciones muy secas y desagradables, influyendo de forma clara en una merma en el confort de marcha en cuanto pasemos por carreteras rotas o en ciudad al paso de los ralentizadores salvajes que las adornan a cada paso. Parte de la culpa la tienen también los neumáticos específicos de esta versión White, montados en llanta de aleación de 16 pulgadas de diámetro, 185 cm de anchura y perfil 50.

Atractivo y amigable

El estilo de la carrocería nos ha gustado. Sobre todo el especial frontal y la zaga, en la que prevalece el portón de cristal, aunque dispone de un marco invisible metálico. El interior de esta versión especial es también llamativo. Buenos los asientos, agradable los adornos en el salpicadero y fácil la entrada atrás. Los plásticos de aspecto y tacto defendibles, aunque apuestan en general por la dureza.

La distancia entre ejes es amplia y generosa. No hay que ver que las ruedas van prácticamente en las esquinas saliéndose por delante y detrás, con mínimos voladizos, sobre todo en la zaga.  La habitabilidad por lo tanto para cuatro plazas es más que correcta, con un buen espacio, para las piernas atrás, no exagerado, pero tampoco reducido al absurdo y en donde un adulto puede mantenerse sin ponerse nervioso un buen trayecto.

El Up!, fiel a la tradición de la marca obliga a pagar un plus por tratarse de Volkswagen, aunque la realidad lleva meses indicando que la diferencia ya no es lo que era. En otro caso la marca no habría conseguido tan buenos resultados comerciales en España el año pasado. Sin embrago, esta versión especial White, bien presentada por cierto, resulta un poco cara. Para ser justos lleva un buen equipamiento, con navegador nómada que incluye teléfono y ordenador de a bordo y  llantas de aleación especiales,  pero quizás sea mejor pensar en el acabado Move, que pierde un poco de presentación pero con un precio más recortado. En en estos vehículos, 2.100 euros se convierten en una diferencia seguramente insalvable.