Rochefort

Sorpresas y aventuras en Rochefort

Los aficionados a las historias de aventuras marinas pero que no están dispuestos a embarcarse durante semanas en una fragata para cruzar el océano disfrutarán en Rochefort como en pocos lugares. Llegar a esta pequeña ciudad estratégicamente situada a unos 15 kilómetros de la costa atlántica francesa es casi un viaje en el tiempo. ¿La razón? Rochefort fue construida por orden del rey Luis XIV en sólo siete años en la segunda mitad del siglo XVII, primero en madera y luego en piedra, y el casco histórico se conserva tal cual desde entonces, con pocos cambios.

Rochefort fue en su origen una ciudad militar, creada única y exclusivamente para que viviera allí la gente que trabajaba en el arsenal, en los astilleros, en la cordelería. Trabajaban para crear una flota capaz de enfrentarse a sus archienemigos los ingleses. El omnipresente Vauban construyó la fortaleza de turno en los alrededores.

Durante 300 años se construyeron y repararon barcos en Rochefort, así que toda la ciudad está relacionada con el mar, aunque éste no se ve desde la ciudad.

Para revivir este pasado hay que recorrer el barrio del Arsenal. Aquí estuvo el dique seco de mampostería más antiguo del mundo, además de talleres, fábricas, fundiciones, etc. Lo primero es llegar al astillero donde se construye desde 1997, de forma artesanal, una réplica de L’Hermione : una fragata de tres mástiles y 45 metros de eslora.

Otros lugares en los que se siente el ambiente de las aventuras marinas es el Museo Nacional de la Marina: con maquetas de barcos, mascarones de proa, instrumentos antiguos de navegación, mapas, etc. y la Cordelería Real. Éste es un sorprendente  edificio de 374 metros de largo, donde se fabricaban todos los cabos para la Marina, hasta la Revolución Francesa. Casi parece un palacio.

La ciudad es un baile entre los estilos neoclásico y rococó, y destaca la plaza Colbert, sin iglesia. Los amantes de los viajes y aventuras no pueden perderse la casa de Pierre Loti. Por fuera no destaca del resto pero dentro está el universo fantasioso creado por este escritor: el salón turco, la mezquita, la habitación de las momias, la habitación convertida en pagoda japonesa, la sala gótica, el salón renacentista. Su dormitorio resulta de una sobriedad sorprendente.

Y a unos pocos kilómetros encontramos el puente transbordador de Martrou, el último puente transbordador de Francia. Una obra de arte de hierro, de 1900, que sigue en funcionamiento. Pero no para coches, sólo peatones y ciclistas. Es del estilo del de Portugalete-Guetxo.

Web relacionadas
Página oficial de la ciudad
Oficina de Turismo

Hoteles Recomendados:
En Rochefort no hay grandes hoteles de lujo pero sí muchos establecimientos muy convenientes. El más sorprendente es el hotel La Corderie Royal, ubicado en un emplazamiento excepcional lleno de historia.

Línea Aérea
Se puede llegar fácilmente en coche. Una alternativa es viajar en los trenes Elipsos hasta Poitiers y allí alquilar un coche.

Comer
Hotel La Belle Poule. 102 Av. Du 11 nov. Tlf: 05 469 97187.

Comprar
Si por algo es conocida la región es por sus quesos. Más información pincha aquí

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Redacción

Autor: Redacción

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