Almagro, tierra de comedias y caballeros

Hubo un tiempo, allá por el siglo XVII, en el que las tierras manchegas convocaban a los grandes y poderosos del país, en el que se celebraban fastuosas fiestas y alegres comedias en una comarca que hoy nos parece alejada de todo. Fue la época en la que los banqueros reales procedentes de Alemania se establecieron en los Campos de Calatrava, concretamente en Almagro, para hacer grandes negocios con las minas de Almadén.

Plaza Mayor

Plaza Mayor

De aquellos tiempos de gloria queda en Almagro el recuerdo más valioso: el famoso Corral de Comedias, del siglo XVII, recuperado hace años y convertido cada verano en la sede del Festival de Teatro Clásico que ha servido para impulsar la imagen turística de este pueblo, antigua capital administrativa de la provincia de La Mancha. Se trata de un edificio singular situado en la plaza Mayor y declarado monumento nacional que es el único ejemplar que nos queda de la primitiva arquitectura teatral del siglo XVII. A su amparo, Almagro ha recuperado protagonismo y han surgido otras iniciativas, como la restauración de la Plaza Mayor, del Teatro Municipal y de algunos callejones de la época, como el callejón del Villar, donde se abre el Museo del Teatro, lleno de documentos y objetos del teatro Español desde elsiglo XVIII hasta nuestros días.

Corral de Comedias

Corral de Comedias

Almagro preside esta zona de La Mancha de órdenes militares (la de Calatrava por más importante le dio nombre), que convirtieron la ciudad en el núcleo urbano más importante del sur de Castilla. Pero será Carlos I de España y V de Alemania quien dará protagonismo a la zona al llamar a importantes familias flamencas para que colaboren en el desarrollo de la comarca. Así, en el siglo XVI llegan hasta Almagro los Fugger que serán los responsables de la explotación de las minas de Almadén para la corona y traerán con ellos gustos y tradiciones europeas, como la elaboración del encaje de bolillos o la influencia flamenca de la Plaza Mayor, abierta en sus laterales, y con una doble galería con ventanas de madera, que descansa sobre unos pilares de piedra.

Plaza Mayor

Plaza Mayor

Almagro es una ciudad para pasear tranquilamente, por su barrio noble, entre la Plaza Mayor y la antigua universidad, descubriendo palacios como el de los Fugger o de los Fúcares (españolización de Fugger) e iglesias como las de San Agustín y San Bartolomé. También hay que tomarse tiempo para comprar algún recuerdo: los encajes artesanales son lo más típico junto con las célebres berenjenas de Almagro, receta de origen árabe que aún hoy se mantiene y que pueden degustarse en cualquiera de sus bares como tapa.

Palacio de Fúcares

Palacio de Fúcares

Almagro es el centro del llamado Campo de Calatrava, que fue en la Edad Media zona de frontera y batallas donde las órdenes religioso-militares protagonizaban las principales gestas de la Reconquista y la Repoblación. Hoy, tras muchos siglos de abandono al margen de las rutas más importantes, la historia de la Comarca de Calatrava se hace presente a través de sus monasterios abandonados, de los imponentes castillos fortificados que salpican el paisaje y de sus pueblos, algunos convertidos hoy en centros culturales y turísticos como la misma capital de la comarca.

Iglesia de San Bartolome

Iglesia de San Bartolome

Cualquier pueblo de la comarca puede ser bueno para realizar una última parada y degustar cualquiera de las especialidades manchegas, que tan bien se cocinan en esta zona, como las famosas berenjenas de Almagro o algo más específico y autóctono como es el “conejo tojunto”.

Berenjenas

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Redacción

Autor: Redacción

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