Pantanos y embalses madrileños

Nuestros ríos y embalses madrileños son lo más parecido al mar que tenemos los madrileños. En realidad, cuando llega el buen tiempo se puede practicar en ellos casi todo lo que haríamos en la playa: navegar, hacer windsurf, practicar el piragüismo, nadar e incluso bucear. En principio, está permitido navegar por cualquier superficie de río o embalse de la Comunidad de Madrid. Únicamente es necesario consultar previamente con la Confederación Hidrográfica del Tajo (telf.: 91 535 05 00) si se va en grupo o se pretende realizar descensos o largos recorridos.

El Atazar

El Atazar

Existen dos grandes zonas frecuentadas por los amantes de los deportes acuáticos son por un lado el norte de la provincia de Madrid y por otra el llamado Mar de Castilla. En el norte, las mecas de los deportes acuáticos son el embalse de El Atazar/El Villar en los términos municipales de El Berrueco, Cervera de Buitrago y El Atazar, donde existen buenos embarcaderos para el piragüismo y otras actividades deportivas. Además, hay quien prefiere frecuentar la zona de Pedrezuela, en los términos de El Vellón, Pedrezuela y Guadalix de la Sierra o los pantanos de Valmayor (Valdemorillo y Colmenarejo), San Juan, (Pelayos de la Presa y San Martín de Valdeiglesias) o los ríos Jarama, Alberche y Tajo.

Embalse de Valmayor

Embalse de Valmayor

Con esta amplia oferta en la misma provincia, pronto se olvida que estamos muy lejos del mar. Sólo hay que animarse y apuntarse primero a alguno de los cursillos de vela, piragüismo, windsurfing o buceo que se imparten en sus orillas. Después vendrán las horas de práctica. Por ejemplo, para iniciarse en el piragüismo hay cursillos en todos los lugares antes mencionados, bien de un día o de varios.

Embalse de Valmayor

Embalse de Valmayor

La red de pantanos del norte de la provincia de Madrid es un espacio de agua dulce convertido en playa de moda, sobre todo en torno al del Atazar, uno de los preferidos para quienes buscan la soledad de la llamada Sierra Norte para practicar el windsurf, el deporte rey de la zona. Aquí, muy cerca de Torrelaguna, los aficionados madrileños practican durante todo el año e incluso guardan sus tablas en algunas casas de Cervera. En verano las tablas y velas se multiplican y algunos días las aguas del embalse bien podrían ser la mismísima Tarifa. Sólo faltan las olas. En verano, con sol y viento en sus orillas, el pantano se llena de velas y cuerpos bronceados, en un curioso ambiente donde no falta el sabor rural.

Pantano de San Juan

Pantano de San Juan

Como un pequeño mar apresado entre una sucesión de lomas, el Atazar impresiona por su grandiosidad. Tiene 134 metros de altura. y almacena el 46% de las aguas de la región. El pantano se ha convertido en un punto de encuentro de los aficionados madrileños al wind surf, que mientras sueñan con ir a Tarifa o a otros paraísos de la vela y la tabla, practican en estos parajes de la llamada Sierra Pobre.

El Atazar

El Atazar

Los habitantes de el Berrueco y de Cervera de Buitrago han visto como cada fin de semana llegan estos locos por el viento y las olas con sus trajes multicolores. Algunos incluso alquilan habitaciones o trasteros para guardar los equipos de los windsurfistas. Son concurridos lugares de veraneo que conservan rincones de sabor rural, como El Berrueco, que fue antiguamente lugar de los condes de Uceda y de ellos queda el rollo de mediados del siglo XVI, y su iglesia, tan típica de la sierra pobre, con una pila bautismal de inmersión que se conserva desde la Edad Media. En Cervera, merece la pena visitar el gran sotanillo, una típica taberna donde se puede tomar un vino tras el esfuerzo.

El Berrueco

El Berrueco

Para practicar el Windsurf en verano es suficiente con un bañador y un chaleco salvavidas, pero si se practica en otras épocas del año habrá que tomar más precauciones para no pasar frío mientras se navega: el traje de neopreno es la solución más cómoda. Para los pies, también existen escarpines, o botas de neopreno, con los que se tiene un mejor agarre de los pies a la tabla, además de mantenerlos calientes.

El Atazar

El Atazar

Pero el ejemplo más claro del ansia de Madrid por las superficies acuáticas para practicar deportes está en el llamado Mar de Castilla, un mar particular propio que Madrid se ha creado con playas y superficies de agua donde practicar todo tipo de deportes acuáticos. Es éste un conjunto formado por el pantano de Entrepeñas, en el curso del Alto Tajo, y el de Buendía en el Guadiela, ambos comunicados por un túnel de trasvase. En conjunto forman una enorme extensión de agua con más de 100 kilómetros de litoral.

Mar de Castilla

Mar de Castilla

Por su estratégica situación entre los embalses de Entrepeñas y Buendía y por su infraestructura, Sacedón se ha convertido en el el auténtico “mar de Madrid”. Allí acuden los madrileños a practicar toda clase de deportes náuticos, y la economía del pueblo se ha beneficiado de ello. Además, el pueblo se ha dado a conocer el pueblo fuera de su ámbito comarcal. A Sacedón se llega por la N-320 en menos de una hora, ya que está a sólo 57 kilómetros de la capital, cerca del límite de la provincia de Cuenca.

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Redacción

Autor: Redacción

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