Dunlop ha recopilado los resultados del concurso “Future Race Car Challenge” donde los aficionados han podido dar ideas de cómo podría ser el coche de carreras dentro de 50 años.
El resultado es un coche inteligente, propulsado por hidrógeno y con un motor eléctrico en cada rueda. Estos motores se situarían dentro del vehículo, lo que no quita que pudiesen colocarse en el exterior, permitiendo otros diseños y configuraciones. Este sistema permite un reparto óptimo del par entro las cuatro ruedas, mejorando el rendimiento, además de que será posible que las ruedas no tengan que girar al acercarse a una curva.
La carga de estos motores sería por pilas de hidrógeno, aunque en un futuro podría cambiarse por un sistema de carga por inducción.
La aerodinámica de este coche del futuro va a ser adaptable, es decir, en cada situación el coche puede cambiar de forma para reducir el rozamiento en recta o pegarse al suelo en paso por curva. Además se sustituyen los retrovisores por cámaras de 360º, lo que reduce el rozamiento.
El sistema de neumáticos inteligentes será capaz de controlar su temperatura, presión y forma, lo que reduce la resistencia a la rodadura, durando toda la carrera.
Por último están los sistemas de recuperación de Energía. No se usarán frenos para no malgastar energía, y esta energía de frenado se almacenará en volantes y supercondensadores para poder ser usada cuando se necesite.