El Volkswagen T-Roc ha llamado mucho la atención de todos los visitantes del Salón de Ginebra que pasan por el stand de la marca, sin embargo, y al margen de su estilo, el T-Roc encierra un enorme contenido tecnológico. De entrada sólo se ofrecen unos fantásticos dibujos, que en cuestión de horas cambiaremos por las fotos oficiales, dibujos impresionantes con los que la marca apoya la afirmación de que parte de sus trazos serán los que se plasmen en los próximos SUV de la marca, ya sean nuevos productos o las nuevas generaciones de los actuales.
Su tecnología llega al exterior, ya que su iluminación es completamente a base de leds, que trabajan de forma conjunta con un sistema de cámaras integradas para adecuar el haz a las condiciones del tráfico y a los trazados de las carreteras.
Técnicamente el T-ROC utiliza un motor de dos litros TDI con 184 CV y cambio DSG, unido a un sistema de tracción de última generación Hadlex 5 con tres modos de conducción, Street, Offroad y Snow, adecuándose tanto la entrega de potencia como los sistemas de control de tracción y estabilidad, además del reparto de par entre trenes y entre las ruedas del mismo eje.
El Volkswagen T-Roc estrena también una nueva forma digital de mostrar la información en el cuadro completamente configurable y, como nota quizás más importante, el empleo de la plataforma MQB con una distancia entre ejes de 2.595 mm. La longitud es de 4.179 mm, con 1.831 mm de anchura y 1.501 mm de altura.
