Prueba Mazda 6 2.2 150 CV Style

La renovación del Mazda 6 ha venido acompañada de un cambio notable, tanto en tecnología como en el estilo y en las pautas básicas de diseño. Destaca por su enorme tamaño, lo que se traduce en un interior muy habitable y práctico, con un aporte tecnológico de primer nivel, lo que le convierte en uno de los vehículos más eficientes de su segmento.

Lo primero que llama la atención al ver de cerca el nuevo Mazda 6, es el diseño de su frontal. No recordamos un modelo con un estilo tan atractivo y original. Es prácticamente un “concept car” llevado a la serie. Como hemos dicho, original, con una enorme personalidad y, además, dotado de una  combinación de trazos verdaderamente llamativa. Como aspecto negativo a tener en cuenta, pensamos que por ese mismo diseño queda demasiado expuesto a los frecuentes golpes de aparcamiento por su escasa protección, ya que no tiene un paragolpes propiamente dicho. Atrás el diseño es más convencional, y pensamos que, en general, es de esos coches que se compran por su línea, porque nos gustan sobre todo por encima de otros importantes detalles.

Sin embargo, el Mazda 6 no es sólo línea. Todo ese estilo exterior encierra una habitabilidad de primer nivel, con unas buenas plazas delanteras, un excelente maletero y unas plazas posteriores extraordinarias, que proporcionan un enorme espacio a sus ocupantes, con casi un metro de distancia entre los respaldos traseros y delanteros, lo que se traduce en un espacio para las piernas prácticamente de berlina de representación.

El interior tiene un buen diseño y nos han gustado mucho los asientos. Están tapizados en telas muy aparentes, transpiran muy bien y sobre todo cubren unas formas muy envolventes y acogedoras.

Sin embargo, el Mazda 6 no es un coche sólo imagen, desprovisto de tecnología. Todo lo contrario. La utilización de los sistemas Skyactiv le proporcionan unos resultados dinámicos y ecológicos de primera división. Nos gustan mucho sus cualidades dinámicas. Después, revisando el resto de la ficha técnica del vehículo, vemos que a pesar de ser un vehículo de 4,87 m de longitud, la báscula sólo refleja un peso de 1.405kg, lo que le sitúa entre los coches ligeros de su segmento y le proporciona una enorme agilidad en todo tipo de terrenos y una buena y segura reserva de aceleración a cualquier régimen.

El Mazda6 se comporta muy bien en trazados rápidos, lo que no es de extrañar por su enorme batalla. No “copia” la carretera, apoya y se mantiene bien asentado durante toda la curva, aunque el asfalto no sea rigurosamente liso, y las suspensiones nos aíslan bastante de los movimientos de las ruedas, lo que se traduce en un elevado confort, y  contribuye también a su bajo nivel de ruidos y una enorme suavidad en su manejo. En curva lenta no se muestra tan ágil, aunque tampoco resulta torpe de movimientos.

Otro aspecto a tener muy en cuenta son los consumos. La tecnología SkyActiv ha conseguido disminuir la relación de compresión del motor diésel hasta 14:1, muy baja para tratarse de un motor alimentado por gasóleo, lo que se traduce, primero, en un bajo nivel de ruidos y vibraciones, ya que la combustión es más suave y eficiente. Lo que sí consigue son unos bajísimos consumos, que sitúan al Mazda 6 como líder destacado en su segmento. No hay ningún otro que pueda presumir de consumir, aunque sean en cifras homologadas, 4,9 litros en ciudad, 3,4 en carretera y nada menos que 3,9  en el ciclo ponderado. Durante la prueba conseguimos en tráfico normal colocarlo en 5,7 litros, bajando de la barrera sicológica de los 6 litros.

El resto de sus sistemas y detalles de dotación del Mazdz 6 le colocan con una buena relación entre lo que da -equipamiento, calidad de ajustes, materiales, niveles de seguridad- y lo que exige: precio, que aunque no es de los más contenidos de su segmentos, si lo sitúa en la senda de la competitividad.