Honda Civic 2.2 i DTEC Executive

El renovado Honda Civic mantiene la personalidad de la anterior generación, mejora en muchos aspectos y soluciona algunos de los inconvenientes. Apuesta también de una forma decidida por la eficiencia y la reducción de consumos, incorporando algunos elementos con los que se ha conseguido rebajar las cifras hasta niveles muy llamativos.

Vamos a empezar por lo que se ha solucionado. El nuevo Civic puede presumir de ser un vehículo muy confortable. Muy lejos de la radicalidad de los tarados de suspensión de la anterior generación. Las suspensiones nos tratan ahora con enorme confort de marcha. Sin embargo, tiene un elevado nivel de ruidos debido a la rodadura.

Ha desaparecido la impresión de claustrofobia en las plazas traseras, con lo que el habitáculo ha ganado también en luminosidad. Mantiene el especial tono aeronáutico para el diseño del salpicadero y de la instrumentación, muy valorado por sus clientes por cierto, lo que obliga por otro lado a leerse despacio el libro de instrucciones, por la cantidad de funciones que engloba y la cantidad de información disponible. La unidad de pruebas correspondía al acabado tope Executive, pero además llevaba extras como el excelente navegador.

Un viajero muy ahorrador

Nos han gustado mucho los asientos, aunque el cuero de serie estropea un poco la comodidad para largos desplazamientos. Preferimos la tela habitual de Honda, con un enorme poder de transpiración.

Pero sin duda lo que más satisface del nuevo Honda es su comportamiento. Utiliza un motor de los que ya no hay, con 2,2 litros para 150 CV de potencia. Sin apreturas y con una elasticidad digna de mención. El Honda 2.2 nos permite cruceros muy elevados, no vibra y siempre muestra una enorme reserva de aceleración, lo que se traduce directamente en seguridad de marcha. Además, su cuidada aerodinámica, entre otros aspectos técnicos relevantes, le convierte en uno de los vehículos más económicos que hemos utilizado. En un viaje a cruceros obligatorios a la ida y durante los primeros 500 km, y a velocidades un poco más elevadas – velocidad mantenida de 140 km/h- en los 500 km de vuelta, el consumo final medio no ha llegado a los 5,5 litros, lo que es un dato más que a tener en cuenta.

El Honda Civic mantiene sus constantes vitales. Cambia ligeramente el estilo, pero como evolución del anterior, solucionando sus defectos. En definitiva, el Civic se ha convertido en un vehículo muy recomendable para aquellos que además de moverse quieren hacerlo en un vehículo diferente, avanzado estética y técnicamente y también con unas enormes componentes de tipo práctico y funcional.