Siguiendo las modas, que por cierto Volvo contribuyo a crear, la marca sueca ha desarrollado una nueva versión en su reciente V40. En este nuevo enfoque de su modelo compacto, y utilizando mimbres ya definidos en las versiones ya tradicionales del V70, se combina en parte la versatilidad de un modelo como el V40, con el estilo y practicidad de un coche que incluso en algunas versiones podrá disponer de tracción total.
En el V40 Cross Country la línea de asientos se ha elevado 40 mm, para proporcionar una conducción tipo SUV más remarcada incluso. Utiliza ruedas idénticas a las del enorme V70, con llantas de 19 pulgadas, el paragolpes delantero es diferente, con parilla que emplea una malla hexagonal y en la zaga la parte inferior de la defensa está terminada como si fuera una protección contra impactos.
En el interior se ha mejorado la funcionalidad, con muchas posibilidades de plegado de los asientos traseros, y un mayor número de huecos en los que poner los objetos que habitualmente llevamos para disfrutar nuestras jornadas de ocio y aficiones.
Los motores diésel que empleará serán los conocidos D4 de cinco cilindros con dos litros de cilindrada y 177 CV de potencia, y el D3, con la misma cilindrada que proporciona 150 CV. Además, y si lo que queremos es ahorrar de verdad, podremos decidirnos por el mínimo D2 diésel con 99 gramos de emisiones de CO2, unos consumos muy reducidos y 115 CV de potencia.
La gama de motores de gasolina abarca desde el T5 con 254 CV, hasta el T4 de cinco cilindros y 180 CV, pasando por un T5 con 213 CV y el motor de 1,6 litros GTDi de 180 CV. Incuso existirá para el T5 una versión desinflada hasta 213 CV. Todas estas motorizaciones se distribuirán según los mercados.
La transmisión incluirá cajas de cambios manuales de 6 relaciones y automáticas con dos tipos de funcionamiento, uno convencional, con convertidor de par y la eficaz caja Powershift de doble embrague. La producción comenzará en noviembre y se esperan vender un total de 17.000 unidades anuales.
