Frómista

Allá donde se cruzan los caminos

Dicen que en Frómista se cruzan los caminos de la Fe y la Razón. Y es que su estratégica situación, en plena Tierra de Campos, y el devenir de la historia, han hecho que aquí se crucen dos de las rutas más transitadas del norte de España: el Camino de Santiago y el Canal de Castilla, la mayor obra de ingeniería de la Ilustración.

Llegamos a primera hora y sus calles están casi desiertas, aunque los peregrinos salen silenciosos de este principio de etapa, camino de Sahagún. Nada más llegar nos encontramos con un edificio que nos resulta extrañamente familiar: es San Martín, una iglesia románica del siglo XI. Fue construida por Doña Mayor de Castilla en 1066 pero luego conoció otras ampliaciones. Antes de comenzar a conocer Frómista, es imprescindible entrar en esta joya del arte medieval, deambular por su planta de cruz latina, fijarnos en sus arcos de medio punto y en su decoración con motivos vegetales y animales y muchas escenas bíblicas que nos hablan de la virtud y el pecado (a partes iguales). Pero sigamos el paseo: saliendo de la iglesia vamos hacia la plaza, tomamos a la izquierda por la calle del Milagro y allí nos encontraremos la llamada “Piedra del Milagro”, ante la casa de Pedro Fernández de Teresa, un cristiano viejo que en 1453 protagonizó un curioso milagro relacionado con la Sagrada Forma que llegó a ser muy famoso en la comarca y que llegó a suscitar una gran devoción popular. Si continuamos por la calle del Milagro, llegaremos a la Calle Francesa, la que atravesaban los peregrinos de camino a Santiago. Según el Codex Calixtinus, la primera guía turística del Camino de Santiago, Frómista era el final de la sexta etapa del Camino, la que comenzaba en Burgos, y el principio de la séptima, la que terminaba en Sahagún. Llegamos a la Plaza de Tuy llamada así porque Frómista, cuna de San Telmo, patrón de los Marineros, está hermanada con esta ciudad gallega. Aquí está la iglesia gótica de San Pedro, con portada renacentista que nos recuerda los antiguos arcos de triunfo romanos.

En el siglo XVIII Frómista se vio alterada por la llegada del mayor proyecto de ingeniería civil de la España Ilustrada: el Canal de Castilla. Con él se pretendía comunicar la meseta castellana con el Cantábrico, atravesando toda la llanura castellana y cruzando la cordillera cantábrica. Se comenzó a construir en 1753 y se concluyó en 1791 y para Frómista supuso la reanimación de su economía. El canal se dejó de utilizar en 1959 pero ahora se ha recuperado como ruta turística, una aventura para senderistas dispuestos a descubrir sus esclusas, sus molinos, batanes, dársenas y canales.

Donde dormir
Hotel Doña Mayor
. Cl. Francesa, 8. Tlf: 979 810 588. Dispone de 12 habitaciones y un buen restaurante, en la principal calle del camino jacobeo. Una de las habitaciones está adaptada para personas con discapacidad. Habitación doble desde 76 €

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Redacción

Autor: Redacción

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