Nissan Qashqai 1.6 dCi 130 CV Tekna Sport

El Nissan Qashqai sigue sorprendiendo a propios y extraños. No tiene un aspecto que destaque por encima de otros. En él confluyen varios detalles interesantes que parece forman un todo irresistible. Precio, primero, aunque cada vez menos. Estilo agradable, pero han tenido que mejorarlo en los últimos tiempos para hacerlo más atractivo.

Un buen comportamiento, estar a la moda y llegar en el momento justo, han sido otras de sus bazas, permitiendonos acceder a un vehículo de este tipo sin excesivos sacrificios económicos. Todos estos detalles  han sido los catalizadores de esta excelente reacción de los usuarios.  Ahora incluye un nuevo motor diesel de 130 CV, que acompaña con ventajas al anterior dos litros de 150 CV, que únicamente se ofrece ya en las versiones con tracción total.

El Nissan Qashqai continua su especial andadura. Ha conseguido situarse en el mercado en una posición inusual para un modelo de sus características. Está a años luz en ventas de sus rivales y con total regularidad se situa entre los diez coches más vendidos. Según la información de Anfac, fue el cuarto vehículo en ventas en marzo y se mantiene en esta situación en el primer trimestre. La misma situación que obtuvo al cerrarse 2011. Sorprendente.

Se arregló su estética por fuera, pero no por dentro

Cuando se presentó, su diseño era quizás lo menos atractivo del vehículo. De hecho, las modificaciones que se han realizado se han centrado en adornar su aspecto exterior, y podemos decir que el cambio han sido acertado y ha conseguido sus propósitos. Los adornos en el frontal y en la zaga, las llantas y nuevos tonos de carrocería, han conseguido elevar mucho la calidad visual del Qashqai. En su interior sin embargo se mantiene esta falta de estilo, convirtiéndose quizás en la única nota discordante. El salpicadero es frio y excesivamente obvio, sobre todo la zona central. Se echa en falta algo más de diseño e imaginación en esta zona.

Sin embargo, su funcionalidad y ergonomía son de manual. Buena postura al volante, muy bien los asientos, con una banqueta de generosas dimensiones y un tapizado algo tosco, pero que sujeta bien y es bastante transpirable. Su habitabilidad es correcta también, mientras que  maletero oscila entre los 400 litros, una capacidad no demasiado brillante, y los 1.513 si abatimos la banqueta trasera.

Cuando iniciamos la marcha mantiene el buen nivel. El cambio no era un modelo de precisión, pero pensamos que era la unidad de pruebas la que presentaba el problema. Le da lo mismo trazados abiertos que carreteras viradas. En todas muestra un buen aplomo y unos consumos muy bajos, sin que aparezcan molestos balanceos o movimientos parásitos de la carrocería, fruto sin duda de la elección de una buena amortiguación.

El nuevo motor le ha añadido un plus de eficiencia muy importante. Comparado con el dos litros de 150 CV, ahora sólo para los 4×4, la diferencia de consumos es espectacular. La media para este motor de mayor potencia es de 7,0 litros, mientras que el 1.6 presume oficialmente de una cifra de sólo 4,5 litros, con mejores prestaciones incluso, ya que acelera una décima mejor, comparando siempre las prestaciones de las versiones con tracción integral. La unidad probada del Qashqai era un dos ruedas motrices, justo las que más se vende.

A nivel general, el Nissan ya no es tan competitivo en precio como al principio, aunque se mantiene en una horquilla interesante, luchando con las marcas coreanas, sobre todo Hyundai, que está obteniendo buenas cifras de venta con su Ix35.

En definitiva, pensamos que este modelo se muestra muy atractivo en todos los sentidos gracias al excelente compromiso que mantiene entre lo que ofrece y lo que cuesta. Al principio, esta relación era impresionante, pero ahora no tanto, aunque la verdad es que ha mejorado en todos los sentidos y sobre todo, con esta motorización diésel de 1,6 litros. Destaca por sus aspectos dinámicos, la buena presentación general, sus dimensiones internas y los excelentes consumos, ya que en prueba,  los 5,7 litros fue la cifra media final. Con estos argumentos podemos decir que el Qashqai tiene todavía  cuerda para rato.